La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha rechazado las solicitudes de 67 atletas rusos que pidieron competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro pese a la suspensión de la Federación de Atletismo Rusa (FAR) por los numerosos escándalos de dopaje que la salpican.
Los deportistas fueron informados de la decisión al filo de la pasada madrugada, aseguró hoy en declaraciones a la televisión estatal rusa Rossia el secretario general de la FAR, Mijail Bútov.
'La razón de la negativa a los atletas rusos es la desconfianza hacia el sistema antidopaje ruso', precisa un comunicado de la federación rusa.
La decisión de la IAAF afecta a la pertiguista rusa Yelena Isinbáyeva, doble campeona olímpica y plusmarquista mundial, que quitó importancia a todas las declaraciones que llegan desde el organismo internacional.
'No valen nada, no son más que palabras huecas, porque sólo una decisión será la importante para nosotros, la que emita el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de Lausana', dijo Isinbáyeva al conocer la noticia.
Los 67 atletas que aspiran a competir en los Juegos de Río presentaron hace dos semanas un recurso contra la decisión de la IAAF que les inhabilita para participar en eventos internacionales.
Aunque el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió que atletas rusos que demuestren estar limpios puedan competir en Río incluso con la FAR suspendida, la IAAF, en cuyas manos dejó el COI la decisión sobre quién está fuera de toda sospecha, lo condicionó a que esos deportistas hayan entrenado fuera de Rusia.
En estas condiciones, tan sólo Yulia Stepanova, que contribuyó además a destapar los escándalos de dopaje, y la saltadora de longitud Daria Klíshina, han recibido el visto bueno de la IAAF para acudir a los Juegos en calidad de deportistas neutrales, sin representar a Rusia.
La suspensión a la FAR fue impuesta por la IAAF después de que una comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recomendara en noviembre de 2015 excluir a la Federación Rusa de toda competición internacional, incluidos los Juegos de Río de Janeiro.
La primera entidad en acusar a Rusia de dopaje de Estado fue el canal de televisión pública alemana ARD, que en un documental emitido en 2014 expuso un intrincado sistema de dopaje encubierto por el Estado ruso.
Una comisión independiente de la AMA confirmó que Rusia no cumplía con los protocolos establecidos por el Código mundial Antidopaje y que el gobierno de Moscú es participe de una trama de corrupción y de encubrimiento para que atletas de elite rusos utilicen sustancias prohibidas en competencias internacionales.