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Colombia retornó a los Juegos Olímpicos 24 años después de su última presencia con un empate a dos en Manaos ante Suecia, en un complicado estreno en Río 2016, en el que al menos salvó un empate gracias a los tantos de Teófilo Gutiérrez y Dorlan Pabón.

El siempre complicado debut podía haber sido mejor pero también peor para Colombia. La Amarilla, que comenzó bien con el tanto de Teo, sufrió la remontada y la reacción de los suecos y tuvo el partido cuesta arriba. Sobre el final, un tanto de Pabón, de tiro penal, le dio un punto a los dirigidos por el Piscis Restrepo, que siguen soñando con la clasificación.

Todo lo que eran buenos pronunciamientos y optimismo con un inicio esperanzador se transformó en dificultad e incapacidad colectiva para evitar que el cuadro nórdico remontara el choque.

Colombia comenzó mejor al resguardo de la velocidad de Dorlan Pabón y la jerarquía de su estilete ofensivo y capitán, Teófilo Gutiérrez. Entre ambos fabricaron, a los 17 minutos, el primer tanto del partido. El antioqueño sirvió al barranquillero, que con rapidez y precisión superó al arquero Andreas Linde.

Pero Suecia, campeona olímpica en Londres 1948, se desperezó y arrebató, poco a poco, el balón a la Amarilla y comenzó a crecer, exigiendo una y otra vez al arquero Cristian Bonilla, que brindaba poca seguridad en su arco.

El caldense no pudo evitar que la igualdad llegara poco antes del intermedio con un zapatazo desde fuera del área de Mikael Ishak, que entró por su escuadra derecha.

Pareció ser uno de esos goles calificados como psicológicos, porque el crecimiento de Suecia se reprodujo tras el paso por los vestuarios. Colombia, algo atolondrada y sin protagonismo, no podía recuperar las riendas del choque y sufrió el segundo e importante mazazo con el 2-1, obra de Astrit Ajdarevic, al aprovechar un rechace de Bonilla, tras un potente disparo de Robin Quaison.

Quedaba tocada la selección colombiana, superada con cierta nitidez por Suecia. ‘El Piscis’ movió el banquillo y le dio resultados. La entrada de Kevin Balanta y Harold Preciado reactivó a la Amarilla, que ganó fortaleza ofensiva.

Recuperó, con fe, el control y además se encontró con un penalti en cierto modo afortunado por una mano de Joakim Nilsson, cuando trataba de tapar a Preciado. Dorlan Pabón no desperdició una ocasión tan importante y firmó el 2-2 a falta de un cuarto de hora para el cierre del compromiso.

Ambos equipos pudieron desnivelar la balanza en los últimos minutos del partido, pero los dos guardametas lo impidieron y acabaron por ‘pactar’ un empate, que obliga a ambas selecciones a no fallar en los dos restantes partidos del Grupo B.