Óscar Figueroa, oro en halterofilia en los Juegos Olímpicos de Río 2016, aseguró este lunes que se tomará dos años de 'descanso activo' con el objetivo de llegar a Tokio 2020, torneo al que espera acudir también como directivo de su federación.
'Espero estar allí (en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020) como dirigente de mi federación. Sería muy bueno aportarles desde la parte administrativa y con la experiencia competitiva', dijo Figueroa en una rueda de prensa.
Asimismo, explicó que a sus 33 años, tomará dos años de 'descanso activo', durante los que terminará sus estudios universitarios de Administración, que completará con una maestría en Gestión Pública, pero está 'pensando realmente' competir en Tokio 2020.
El objetivo de esos estudios es formarse para terminar siendo dirigente deportivo en Colombia, para lo que considera que 'primero hay que educarse'.
En este sentido, señaló que la participación de los colombianos en la halterofilia de Río 2016 'fue histórica' y señaló que podría ser aún mejor en los siguientes Juegos Olímpicos.
Figueroa recordó que este año la delegación colombiana de halterofilia obtuvo ocho diplomas olímpicos, cuatro de ellos por cuartos puestos que podrían convertirse en oros en Tokio 2020.
Para ello, señaló que es necesario trabajar, ya que la edad promedio de los deportistas es de 22 años.
El atleta explicó que ahora los dirigentes deportivos tienen la responsabilidad de trabajar con los jóvenes pesistas para que continúen mejorando de cara a Tokio 2020.
En este sentido, señaló que es 'un acérrimo defensor por el derecho y el buen trato de los deportistas', por lo que agradeció el 'apoyo incondicional' que se les has dado, lo que permite que hayan llegado buenos resultados.
'Ellos (los dirigentes deportivos) lo han entendido, que el Óscar Figueroa exigente es porque tiene una razón, esa razón es un oro olímpico', señaló el deportista.
El oro en Río 2016 también recordó como ha sido el camino para llegar hasta el premio, y explicó que 2015 'fue un año muy difícil' por las lesiones que padeció.
Tenía dos hernias lumbares, 'era algo muy viejo y no se habían desarrollado con gravedad', pero el año pasado comenzó a generar fuertes dolores por lo que tuvo que operarse.
'Caminaba, se me dormían las piernas y me caía en el andén, era muy doloroso', recordó.
Pese a las lesiones compitió en el Mundial y terminó en tercera posición, por lo que tras la operación a la que se sometió salió con la convicción de que podía ganar en los Juegos Olímpicos.
Figueroa, primer oro masculino para Colombia en unos Olímpicos, señaló que tras la recuperación comenzó a entrenar porque a él le gusta trabajar: 'en la vida las cosas cuestan, no es fácil y hay que trabajar'.
Además, pidió que se valore más a los entrenadores colombianos de halterofilia, que son los que han permitido que ganen los torneos internacionales.
'En pesas, los entrenadores colombianos son responsables de nuestros éxitos', dijo Figueroa, que este lunes se reencontró con su hermano, suboficial del Ejército que le mandó un mensaje de felicitación tras ganar la competición en Río 2016. Vea también: El emotivo reencuentro de Óscar Figueroa con su hermano militar
Por su parte, Oswaldo Pinilla, entrenador de Figueroa destacó la faceta humana del deportista y agregó que hizo 'valer su palabra' de competir y ganar porque 'es una persona directa'.
Igual que su pupilo, consideró que Colombia tiene un gran futuro por delante en Halterofilia y consideró que el país es la segunda potencia mundial por detrás de Asia.
El pasado 8 de agosto, Figueroa obtuvo el oro en el pabellón 2 del Riocentro al levantar 318 kilos en total, 142 en la modalidad de arranque y 176 en envión.