'Ningún partido vale una vida', dijo ayer el presidente de la Fifa, el suizo Gianni Infantino, como preámbulo al 72 Congreso Ordinario de la Conmebol que celebran por videoconferencia sus diez federaciones ante las medidas de prevención adoptadas ante la pandemia de la COVID-19.
Infantino señaló que todos los entes y miembros del fútbol mundial quisieran saber cuándo volverá la pelota a las canchas, pero insistió en que la 'salud es lo primero'.
'Por primera vez el fútbol no es lo más importante. La salud es lo primero y lo seguirá siendo hasta que esta enfermedad sea derrotada', afirmó Infantino.
'Estos son tiempos complicados y no de muchas palabras. Son tiempos de respeto por los que sufren y ayudan. El virus nos ha demostrado que somos pequeños y vulnerables, y también que el mundo es global', agregó.
Infantino dijo a las autoridades presentes en la conexión, entre ellas el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez: 'A partir de ahora el mundo y el deporte van a ser diferentes cuando volvamos a la normalidad'.
En ese sentido, Infantino explicó que la Fifa traba ahora sobre tres ejes: el calendario internacional, el marco jurídico y contractual y el apoyo financiero.
Sobre el calendario, dijo que han de buscarse 'soluciones mundiales para abordar estos problemas con espíritu de cooperación y solidaridad'.
'Cada uno tiene sus intereses, pero tenemos que hablar y poner sobre la mesa algunos temas que hasta hora no hemos puesto'.
En cuanto a los contratos de los jugadores, indicó que se está 'trabajando muy fuerte' en ello desde el Consejo de la Fifa con miras a proteger a los clubes y a los jugadores.
Y sobre el apoyo financiero, manifestó que hay un trabajo de gestión de cuatro años que ha dejado a la Fifa en 'una posición muy sólida y gracias a esto tiene un nombre de credibilidad en el mercado y en el mundo'.
'Vamos a hacer una evaluación de los daños, incluyendo a todas las confederaciones, consultando con todas las partes interesadas', destacó.
Las palabras de Infantino abrieron el Consejo Ordinario de la máxima autoridad del fútbol de Sudamérica, con sede en la ciudad de Luque, en el Gran Asunción, y presidido desde ese lugar por Domínguez.