El australiano Nick Kyrgios explicó que su objetivo no es ganar torneos de Grand Slams porque su cuerpo no aguantaría siete encuentros de tres o cuatro horas y que él prefiere 'tomarse una cervezas' después de los partidos.
Así lo aseguró el tenista en un podcast con su amigo Elliot Loney.
'Mi objetivo no es ganar Grand Slam. Solo quiero jugar a mi manera, pasármelo bien y jugar', apuntó Kyrgios, que recientemente había admitido que había ganado a Rafael Nadal en los cuartos de final del Masters 1.000 de Cincinnati después de una gran resaca.
'No creo que mi cuerpo aguante siete partidos en un Grand Slam, potencialmente jugando tres o cuatro horas en cada partido. Si pudiera, me gustaría irme de cervezas después de jugar. Solo quiero relajarme. Creo que el deporte se toma demasiado en serio'.
Además, Kyrgios apuntó que no ve necesario contratar un entrenador porque 'es una pérdida de dinero', ya que 'cobran demasiado'.
'Contratar un entrenador para mí no tiene sentido, porque no quiero hacerles perder su tiempo tampoco. No creo que un entrenador esté preparado y no les voy a hacer pasar por ello porque sería una pesadilla', afirmó el australiano.
'En el momento en el que estoy en mi carrera, ya está muy avanzada para un entrenador, porque tengo mis manías y sinceramente no quiero escuchar consejos', añadió.
Kyrgios también recordó su infancia como uno de los motivos por los que es cómo es.
'Había mucha gente que daba su opinión sobre lo que tenía que hacer y que decir, y esos comentarios a veces dolían. Era solo un niño que quería jugar y competir y entonces tenías entrenadores y profesores que con 14 o 15 años te decían que tenías que perder peso o no serías bueno', argumentó Kyrgios.
'Era muy difícil lidiar con ello. Solo quería demostrarles que estaban equivocados. Quería salir ahí fuera, como un chico gordo de Canberra que era bueno pegándole a la pelota y literalmente jugar con los mejores del mundo', agregó.