El Botafogo, uno de los clubes más tradicionales de Brasil, regresó este domingo a la cancha tras 105 días de inactividad para un partido por el Campeonato Carioca en el que protestó tanto por el reinicio del fútbol en Río de Janeiro en medio de la pandemia del coronavirus como contra el racismo.
Pero el partido en que el Botafogo goleó por 6-2 al Cabofriense por el Campeonato Carioca mostró más protestas que fútbol.
Los jugadores del Botafogo, con el ídolo japonés Honda como capitán, dejaron claro que no apoyan la retomada del fútbol en momentos en que tanto Brasil como Río de Janeiro registran un creciente número de muertes por coronavirus.
El campeonato que enfrenta a los principales clubes del estado de Río de Janeiro, retomado hace diez días, fue el primero en toda Sudamérica en ser reiniciado tras tres meses de paralización por las medidas de distanciamiento social impuestas para frenar la pandemia.
Botafogo y Fluminense criticaron el reinicio del campeonato con la pandemia aún fuera de control en Río de Janeiro, pero sus recursos fueron rechazados por la Justicia Deportiva por lo que no tuvieron más remedio que volver a la cancha.
Con un uniforme totalmente negro en señal de luto diseñado especialmente para la ocasión, el Botafogo homenajeó a los médicos y enfermeros que ponen en riesgo sus vidas para atender a los pacientes con COVID-19.
'Gracias profesionales que están en la línea del frente contra el COVID-19', según un mensaje estampado en el uniforme del Botafogo, en el que han militado ídolos brasileños como Garrincha, Nilton Santos, Zagallo, Jairzinho y Didí.
En un mensaje que publicó en sus redes sociales antes del partido, la dirección del Botafogo dejó clara su posición contra al retomada del fútbol y aclaró que, pese a que luchó hasta el límite contra la decisión, no le quedó otra opción que 'respetar la justicia deportiva'.