El austriaco Felix Grobschartner ha sido el vencedor de la primera etapa del la 42ª Vuelta a Burgos, atípica por la escasez de público, accidentada por una caída que ha obligado a la retirada de dos corredores y explosiva por una temprana fuga y llegada en alto que ha situado líder destacado al ciclista del Bora.
Grobschartner, con un tiempo de 3:40:21, ha aventajado en ocho segundos a un grupo de tres unidades donde figuraban los españoles Alejandro Valverde (Movistar) y Álex Aranburu (Astana), y el portugués Joao Almeida (Deceuninck Quick Step), que entraron en la meta del Alto del Castillo detrás del primer líder de la prueba.
Un ataque largo, de aproximadamente medio kilómetro en el último tramo de la ascensión, dio al austriaco la victoria y el liderato de la Vuelta a Burgos, primera prueba del calendario internacional después de las suspensiones ocasionadas por la pandemia del coronavirus.
La primera de las cinco etapas, con mucho calor y poca gente, ha tomado la salida en la catedral de Burgos -para promocionar el octavo centenario de la colocación de su primera piedra (1221-2021)- y ha llegado al Alto del Castillo, también en la capital burgalesa, después de 157 kilómetros y un paso previo por esta cota.
Mikel Landa (Team Bahrain MCLaren), otro de los favoritos, entró a diez segundos junto un grupo de varios corredores entre los que estaba el español Jon Aberasturi (Caja Rural-Seguros RGA).
Un ataque largo a falta de quinientos metros fructificó para que el austríaco se hiciese con la victoria seguido de Joao Almeida (Deceuninck Quick Step) y Alejandro Valverde (Movistar), quienes no pudieron responder al demarraje.
Tras la salida, en la catedral de Burgos, pronto se formó una fuga con cuatro corredores: Jetse Bol (Burgos BH), Gotzon Martín, (Fundación Euskadi), Diego Pablo Sevilla (Kometa-Xstra) y Francisco Galvan (Kern Pharma), quienes comandaron la carrera durante 120 kilómetros.
Una grave caída en la que se vieron involucrados varios participantes, dejó fuera de la Vuelta a Burgos al colombiano Sebastián Henao (Ineos) y al holandés Gijs Leemreize (Jumbo Visma), que se llevaron la peor parte.
Antes de neutralizar a los fugados, a menos de cuarenta kilómetros de la meta, un grupo de catorce unidades seccionó el pelotón en dos partes.
Varios del Trek Segafredo, el tridente del Movistar y dos corredores del Deceuninck Quick Step pusieron un ritmo muy alto que no pudo ser seguido especialmente por los integrantes Ineos, quienes controlaban el pelotón.
A falta de 36 kilómetros, Remco Evenepoel (Deceuninck Quick Step) puso un ritmo muy alto y se marchó en solitario. El corredor belga fue muy ambicioso y el ataque se le hizo demasiado largo aunque llegó a tener una ventaja de más de cuarenta segundos.
El belga dinamitó la carrera con este ataque y puso en jaque a muchos de los favoritos que tuvieron que emplearse más de lo que esperaban, pero el viento de cara cortó la oportunidad del joven corredor de 20 años.
Después fue Will Smit (Burgos BH), que buscaba en su tierra de adopción deportiva algo de protagonismo entre tanto nombre propio, pero el sudafricano fue neutralizado en las calles del centro de la ciudad.
Los favoritos fueron colocándose para la primera subida al Castillo, la de prueba y que permitió conocer la dificultad de estos pocos kilómetros en cuesta.
Sin embargo, el Bora fue colocando bien a sus corredores por las calles de la capital y un ataque de Grobschartner, a falta de quinientos metros, permitió al austriaco ir subiendo hasta el Castillo con cierta tranquilidad y hacerse con esta primera victoria de etapa.
Sus características de escalador le han servido, además de hacer un octavo y un noveno puesto en la Paris–Niza, para ponerse al frente de la clasificación general de la Vuelta a Burgos.
Mañana, en la segunda etapa, será turno para los sprinter, en un recorrido que transcurrirá por las cuatro villas de Amaya, entre Castrojeriz y Villadiego, de 168 kilómetros con un perfil prácticamente llano.