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Corinthians y Palmeiras empataron el miércoles en la noche sin goles en un duro y trabado partido de ida de la final del Campeonato Paulista, que se definirá el próximo sábado en el estadio del equipo entrenado por Vanderlei Luxemburgo.

El colombiano Víctor Cantillo, que estuvo incapacitado por contagiarse con coronavirus, ingresó en el segundo tiempo y ayudó a que ‘el Timao’ mejorara la conducción del balón.

'Cantillo es un deportista que ha estado jugando como titular, es un jugador de gran calidad de juego que todos conocen, le costaba retomar la parte física cuando retomaba los entrenamientos, y luego, con una semana y media de entrenamiento, tenía la situación de COVID-19. Intentamos hacer un trabajo de recuperación. Entró al juego, terminó dando un poco más de posesión. Encontró a nuestros atacantes ya un poco cansados', evaluó Tiago Nunes, técnico del Corinbthians, sobre el retorno del mediocampista magdalenense a las canchas.

El clásico entre los dos equipos de Sao Paulo, disputado en un Arena Corinthians sin público debido a la pandemia del nuevo coronavirus, estuvo marcado por el juego duro, la polémica y las tanganas colectivas.

Ninguno de los dos planteles fue capaz de perforar la portería rival, en parte por el gran acierto de sus porteros: Cássio, en las filas del Corinthians, y Weverton, en las del Palmeiras.

Con este resultado, si se repite un nuevo empate el sábado en el Arena Palmeiras, el título se definirá en la tanda de penaltis.

En el primer asalto, la tónica general fueron las constantes interrupciones por faltas -se cometieron cerca de 40 infracciones- y la tensión por ganar el trofeo del que es uno de los torneos regionales más importantes de Brasil.

La final ya arrastraba una intensa polémica después de que el Corinthians acusase al Palmeiras de incumplir el protocolo sanitario que, según la directiva del club albinegro, obliga a los equipos participantes a aislarse antes de los partidos.

Sobre el césped, los nervios atenazaron a los dos equipos y a la mínima saltaban las chispas entre los jugadores, si bien el Corinthians mostró algo de superioridad en el primer tiempo.

Para más dificultades, el partido se paró unos minutos después de que la sala del VAR situada en la federación brasileña presentase problemas técnicos y tuviera que pasarse el control al VAR que se encuentra en el estadio.

En el segundo tiempo, los jugadores del Palmeiras pidieron encarecidamente la expulsión del delantero Jo por entrar con los tacos en una pelota dividida con Gustavo Gómez, pero ni el árbitro de campo consideró la acción merecedora de tarjeta roja, ni tampoco el VAR.

El partido de vuelta de la final del Paulista coincidirá con el inicio del Campeonato Brasileño, por lo que los partidos que iban a jugar Palmeiras y Corinthians contra Vasco da Gama y Atlético Goianiense, respectivamente, han sido aplazados.

La liga brasileña estaba previsto que comenzase en la primera semana de mayo, pero la pandemia de coronavirus, que deja ya en Brasil cerca de 100.000 muertos y más de 2,8 millones de casos, obligó a posponer su inicio hasta este mes, a pesar de que el virus aún sigue descontrolado en muchas zonas del país.