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El irlandés Sam Bennett (Deceuninck Quick Step) saldó una cuenta pendiente logrando su primera victoria en el Tour de Francia, en un esprint muy disputado en la Isla de Ré que le sirvió además para enfundarse el maillot verde, en una jornada marcada por el temor al viento que mantuvo de líder al esloveno Primoc Roglic (Jumbo Visma).

Por fin obtuvo Bennett su premio después de varios intentos. En un poderoso alarde de fuerza, el campeón de Irlanda, de 29 años, levantó los brazos por delante del australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal) y del eslovaco Peter Sagan (Bora). Todos con un tiempo de 3h.35.22 en el recorrido de 168 kilómetros entre la Isla de Oleron y la Isla de Ré.

Se cumplió el pronóstico de día de velocistas y de transición para los hombres de la general, que, no obstante, estuvieron todo el trayecto con las orejas tiesas. Roglic se mantuvo al frente, el colombiano Egan Bernal le sigue a 21 segundos y el francés Guillaume Martin tercero a 28. Mikel Landa es el español mejor colocado, décimo, a 1.42 minutos, Enric Mas se encuentra a 2.02 y Alejandro Valverde a 3.43.

SALIDA RÁPIDA Y TEMOR AL VIENTO

Se tomó la salida con alivio en el pelotón de 165 corredores porque todos ellos estaban libres de virus, como demostró el resultado de las pruebas PCR publicadas por la mañana. Sin embargo 4 personas del organigrama de 4 equipos dieron positivo y conforme al reglamento tuvieron que abandonar la 'burbuja' del Tour. También dejó el mando de director de carrera Christian Preudhomme, afectado por el COVID-19.

Una etapa por primera vez en la historia entre islas. Desde Oléron, la segunda más grande de Francia después de Córcega, salieron disparados de inicio dos suizos: Stefan Küng (Groupama) y Michael Schär (CCC). Por delante un recorrido totalmente llano, sin dificultad orográfica alguna, pero con la posible amenaza del viento y sus caprichos de cambios de dirección constantes, habituales por esta zona del oeste francés.

La tensión en carrera se palpaba. Todos temían los abanicos, de ahí que Jumbo, Ineos y Movistar se adosaran en cabeza con las antenas puestas. En la primera hora se cubrieron 49 kilómetros, los fugados nunca tuvieron carta libre y fueron cazados antes de mitad de carrera.

TODO EL MUNDO ATENTO, NERVIOS Y CAÍDAS

En uno de los giros del viento, soplando de costado, el Deceuninck provocó el primer corte del día tras el paso por Le Gua (km 65). Un primer aviso que acentuó la atención de los favoritos en cabeza. Tensión que se tradujo en una caída en la salida de Rochefort que afectó sin daños a Guillaume Martin Y Pogacar, tercero y séptimo de la general.

Los esprínteres ensayaron en el paso intermedio de Chatelaillon Plage, pugna que se llevó Trentin por delante de Sagan, quien no termina de recuperar el nivel de antaño. Perdió en meta el maillot verde en beneficio de Bennett.

Después de unos kilómetros de sosiego la aproximación a la Isla de Ré volvió a alterar el orden en el pelotón. El Ineos de Bernal pegó una patada al avispero para instalar la locura en el grupo con viento lateral. Se cortó el pelotón a 17 km de meta, coincidiendo con una caída que atrapó a Carapaz y Alaphilippe.

Por el puente de Ré que une a través de 3 kilómetros la isla con el continente el viento decidió atizar de cara. Frenazo en el ritmo y en la ofensiva que permitió enlazar a Supermán López, Martin, Valverde y Carapaz. Pelotón agrupado, tocaba preparar el esprint.

BENNETT PUEDE CON EL VIENTO

La efímera batalla no dejó heridos. Los hombres de la general se colocaron delante ante la inminente revolución de los esprínteres, que ya veían cerca el objetivo de gestionar el triunfo de etapa por velocidad.

Jumbo siguió tensando al frente hasta que desapareció a 3 kilómetros de meta. No jugó ni la opción de Van Aert y la posibilidad de hacer triplete.

El final fue desordenado. Solo el Sunweb trató de organizar su treno para llevar a Cees Bol hacia el éxito, pero en la recta se disparó todo el mundo. Sam Bennett se erigió como protagonista estelar. El rey de la Isla de Ré, un paradisíaco lugar donde la bicicleta en más que un símbolo.

En este lugar se estrenó en el palmarés del Tour, quinta victoria de la temporada, que puede añadir a 3 etapas del Giro y 2 de la Vuelta. El viento fue más lento que el irlandés.

La undécima etapa presenta otra oportunidad para los esprínteres en el recorrido de 167 kilómetros entre Châteralaillon-Plage y Poitiers.