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La gobernación del estado brasileño de Sao Paulo vetó este miércoles la posible presencia de público en el partido entre Brasil y Bolivia del 9 de octubre próximo en la mayor ciudad del país, correspondiente a la primera jornada de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Catar 2022.

El veto fue anunciado un día después de que el Ministerio de Salud de Brasil aprobara un estudio de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que prevé el regreso de los aficionados a los estadios a partir de octubre aunque de forma parcial, inicialmente con una ocupación del 30 % de su capacidad.

La CBF ya había anticipado que, pese al visto bueno del Ministerio de Salud, el regreso de los aficionados está condicionado a la aprobación de las autoridades regionales y municipales de cada estado y ciudad de Brasil.

Como el primer partido de la Canarinha de las eliminatorias mundialistas está previsto para el 9 de octubre en el estadio Neo Química Arena (Arena Corinthians) de la mayor ciudad de Brasil, la posible presencia de público en el compromiso dependía de la autorización de la gobernación y de la alcaldía de Sao Paulo.

El primero en pronunciarse fue el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, quien consideró prematuro el regreso del público a los estadios en momentos en que aún hay altos niveles de transmisión del coronavirus en el estado más poblado y rico de Brasil.

Doria afirmó en una rueda de prensa que discutió el asunto con los miembros del Centro de Contingencia contra el Coronavirus de Sao Paulo y que concluyeron que es inviable, por razones sanitarias, que el público pueda acudir a los partidos del Campeonato Brasileño o de las eliminatorias mundialistas al menos en octubre.

La prioridad de la Gobernación es la vida​

'Respetamos a la CBF y a los dirigentes que buscan darle valor a las prácticas deportivas, pero nuestra obligación y nuestro deber es proteger la vida de todas las personas, incluyendo entrenadores, comisión técnica, jugadores, hinchas y todos los que acudan a un estadio en Sao Paulo', dijo Doria.

'Aquí en Sao Paulo no hay presión política, económica, partidaria o de entidades deportivas que valga...aquí el foco es la protección de los brasileños que están en Sao Paulo', agregó el gobernador.

El coordinador del Centro de Contingencia contra el Coronavirus, José Medina, dijo en la misma rueda de prensa que en el organismo concluyó que el actual escenario de la pandemia en Sao Paulo no permite el regreso del público a eventos con grandes aglomeraciones, como partidos de fútbol.

'Se trata de una decisión técnica basada en premisas científicas', explicó.

Medina aseguró que la presencia de público en un estadio también exige movilización de organizadores, policías, funcionarios y personas procedentes de otras ciudades, lo que puede aumentar nuevamente la curva de contagio por Covid-19.

Sao Paulo es el estado más afectado por la pandemia en Brasil, el segundo país con más muertes por Covid-19 en el mundo después de Estados Unidos, con cerca de 138.000 fallecimientos, y el tercero con más contagios, con unos 4,6 millones de casos confirmados.

El veto de la gobernación de Sao Paulo puede hacer inviable el regreso del público a los estadios para los partidos del Campeonato Brasileño en todo el país, ya que varios de los clubes han manifestado que aprueban la presencia de aficionados cuando las condiciones sean iguales para todos.

Esos clubes rechazan la posibilidad de que algunos equipos puedan jugar con el apoyo de su afición en sus estadios por haber recibido las autorizaciones municipales y que otros tengan que seguir jugando en estadios vacíos.

Cinco de los veinte clubes que disputan el Campeonato Brasileño de primera división son del estado de Sao Paulo: Corinthians, Palmeiras, Sao Paulo, Santos y Bragantino.

Hasta ahora, la única municipalidad que ha autorizado el regreso del público a los estadios es la de Río de Janeiro, cuyo alcalde, Marcelo Crivella, afirmó que espera que el Maracaná pueda contar con un 30 % de ocupación en el partido que el Flamengo jugará contra el Athlético Paranaense el 4 de octubre en el Campeonato Brasileño.

La gobernación de Río de Janeiro, sin embargo, hasta ahora no ha emitido su autorización, que es necesaria para liberar el público en el Maracaná.

Las competiciones de fútbol en Brasil se suspendieron en marzo debido a la pandemia y se reanudaron de forma gradual a partir de junio, aunque sin la presencia de aficionados, situación que se ha mantenido en todo el país desde entonces.

Río fue también la primera ciudad del país en autorizar la vuelta del fútbol con la reanudación del Campeonato Carioca en julio.