Levantaron la Copa Mundial de forma sucesiva, con cuatro años de diferencia. Paolo Rossi en 1982, Diego Maradona, en 1986. En la muerte, en cambio, se adelantó el argentino. Por muy poco: dos semanas han separado su despedida de la del italiano, que falleció este jueves en Roma.
Los dos se proclamaron campeones del mundo ganando a Alemania Federal. Italia se impuso 3-1 en el Bernabéu de Madrid, Argentina 3-2 en el Azteca de México. Seis goles marcó Rossi en la Copa de 1982, cinco firmó Maradona en la de 1986.
En el Mundial de España se enfrentaron Italia y Argentina en la segunda fase. Rossi y Maradona juntos sobre el césped de Sarriá. Ninguno marcó, los dos vieron tarjeta amarilla, la selección europea ganó 2-1.
En el Mundial de México volvieron a cruzarse, entonces en la primera fase. Empataron 1-1, con Maradona de capitán titular y de goleador y con Rossi en el banquillo.
Como en su título de campeones mundiales, también se llevaban cuatro años en su edad. Maradona se fue con 60, Rossi se va con 64. Tanta cercanía en la vida, tanta cercanía en la muerte.
Sus vidas convergieron en decenas de ocasiones, también después de su retirada. Coincidieron en las grandes ocasiones y una de ellas fue la final de la Liga de Campeones del año 2005, en Estambul, una final histórica, de las mejores del siglo XXI.
Se enfrentaron el Liverpool de Rafael Benítez y el Milan de Carlo Ancelotti. El desarrollo del encuentro reunió todos los elementos de un drama en tres actos. En el primero, el inapelable 3-0 con el que llegó el Milán al minuto 44 fue igualado por el Liverpool en seis minutos gloriosos, del 54 al 60. En el segundo -la prórroga-, la tensión, los errores y las paradas de Dudek mantuvieron el empate. Y, en el tercero, llegó la locura de los penaltis: dos errores iniciales del equipo italiano abrieron la puerta de par en par al triunfo del Liverpool; con ventaja de 2-3, el fallo de Sevchenko en el quinto lanzamiento dio el título al equipo inglés, el quinto de su historia.
Maradona y Rossi asistieron juntos al llamado ‘Milagro de Estambul’. El argentino acudió al estadio Ataturk como comentarista de televisión y, antes de sentarse ante el micrófono, bajó al campo y charló con los jugadores del Milán mientras reconocían el campo.
Luego, Rossi le acompañó en la contemplación del milagro obrado por el equipo de Steven Gerrard. Tras la derrota del Milan, en el que ‘Pablito’ había jugado en la temporada 85-86, fotografiados juntos, ni Maradona ni Rossi tenían cara de alegría. Más bien lo contrario. El argentino no disimula su disgusto, el italiano intenta con poco éxito una sonrisa de resignación.
'Hay mucha desilusión', admitió el Pelusa. 'Pienso que todos los que hemos jugado en el fútbol italiano, al ver el 3-0 al final del primer tiempo, hemos pensado que el partido ya estaba cerrado. Pero en el segundo periodo el Milan encajó tres goles increíbles y no jugó como hasta entonces'.
Y remató con una sentencia indiscutible: 'El fútbol es así'. Impredecible, como la vida y la muerte.