Hace una semana, el técnico del Benfica, Jorge Jesús, afirmaba en rueda de prensa que por él la competición nunca pararía porque hay 'seguridad total'. Hoy, 17 miembros del club, entre ellos el presidente y 5 jugadores, están infectados y piden a las autoridades que les dejen parar durante dos semanas.
La covid-19 es la única que marca el ritmo de todas las competiciones deportivas profesionales de Portugal, ya que el resto han sido paralizadas tras las medidas que aprobó el Gobierno luso el pasado 15 de enero.
No es un mal ajeno a ningún club luso ya que, al igual que al resto de los sectores, la pandemia está golpeando con dureza a todo Portugal en esta tercera ola, que se desencadenó de forma virulenta desde finales de diciembre.
'Dependemos de los bastoncillos' aseguraba en la última rueda de prensa el entrenador del Oporto Sérgio Conceição, tras ser cuestionado en los últimos días por su plantilla, que también cuenta con bajas de peso por la covid-19.
Es el caso del colombiano Luis Díaz o el brasileño Otávio, entre otros.
Mientras unos salen del pozo en el que, como mínimo, tienen que estar diez días aislados, otros se van incorporando a la lista de contagiados.
Así le ha ocurrido al líder de la Liga Portugal, el Sporting, que se quedó sin tres titulares en los últimos días (Neto, Sporar y Nuno Mendes).
La incertidumbre aún es mayor cuando los test, como le ocurrió al Sporting, son 'inconclusivos' y el entrenador no sabe a qué atenerse para tomar la decisión de convocarlos o no.
Si en el fútbol profesional los casos de coronavirus son difíciles de controlar con test semanales y con 48 horas antes de cada partido, en otras modalidades las burbujas son más difíciles de conseguir, ya que los deportistas no tienen test de forma tan masiva y, además, compaginan el deporte con otro trabajo.
Un buen ejemplo fue lo que le ocurrió al equipo profesional de fútbol sala del Benfica, que el pasado 16 de enero jugaba en Suiza un partido de la Liga de Campeones.
Dos de sus porteros dieron positivo y el tercero estaba lesionado, por lo que acudió a la cita sin guardametas de la primera plantilla. Aun así, lograron la victoria y pasaron a octavos.
Las situaciones en las competiciones deportivas profesionales han alcanzado en las últimas semanas situaciones límite, como la que le ocurrió al equipo profesional de hockey del Benfica, entrenado por el exseleccionador de España Alejandro Domínguez, que tuvo que parar hasta principios de diciembre ya que el 90 % de plantilla dio positivo.
Eso sí, a la semana de regresar ganaron la Copa 1947 ante el eterno rival, el Sporting.
El deporte profesional, motivado por infinidad de intereses económicos, continúa las competiciones marcadas por el ritmo de los positivos de coronavirus.
En Portugal, al igual que en el resto de los sectores, los casos de covid-19 también se han disparado en mitad de una pandemia que ha situado al país luso en uno de los más golpeados del mundo por la tercera ola.