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El luchador estadounidense Dustin Poirier dio la campanada y venció al irlandés Conor McGregor en el UFC257 de Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos.

Poirier prometió una batalla y la hubo. El irlandés comenzó dominando, pero 'Diamond' le dio la vuelta a la contienda con un KO en el segundo asalto. El estadounidense sorprendió a todos y se tomó su revancha. McGregor pagó caro el tiempo de inactividad.

Tras el intercambio inicial de golpes, con un muy buen papel del irlandés al contragolpe, Poirier fue capaz de llevar a ras de lona a su rival, quien se sobrepuso para terminar en el agarre de pie y conectando esos llamativos golpes de hombro con los que asombró en su última pelea al estadounidense Donald Cerrone.

McGregor conectó varias manos poderosas, pero no fue suficiente para quebrar a su rival. 'The Notorious' siguió presionando al comienzo del segundo asalto y dominó. El estadounidense aguantó y cuando tuvo su oportunidad la aprovechó.

En un abrir y cerrar de ojos puso al excampeón contra la jaula y tras aumentar su volumen de golpeo tronó su guante en la mandíbula del irlandés. McGregor, visiblemente dolido del tobillo por un pateo del estadounidense, acabó estupefacto.

Casi siete años después Poirier cobró venganza e inscribió su nombre en la historia de la UFC. McGregor venció en su primer duelo en el año 2014 y prometió acabarlo en menos de un minuto en esta ocasión. Al irlandés le salió rana la promesa.

Poirier se coló en el 'show' de McGregor, que volvía tras un año sin entrar a la jaula, y salió por todo lo alto. La victoria del estadounidense pone patas arriba el peso ligero. El UFC257 deja más dudas que certezas con respecto al futuro de la división.