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Una acción de VAR castigó al Real Madrid, cuando se disponía Benzema a lanzar un penalti anulado por una mano previa de Militao, sin intención tras tocar el balón en su hombro y caer a su brazo en la jugada previa, que cambió de golpe el rumbo de un gran partido, en el que un invitado inesperado, Eden Hazard, acabó salvando un punto que no impide que la Liga esté en manos del Atlético de Madrid.

Es el nuevo fútbol. El que se decide desde una sala con cámaras y repeticiones. Marca la resolución de una Liga que pasaba por el estadio Alfredo di Stéfano con una acción que dará mucho que hablar. A los 76 minutos, cuando el Real Madrid acariciaba el premio a la heroica, con un penalti para su remontada que acabó en su propia área y levantando a un Sevilla que siempre compitió.

El empate del Camp Nou dejaba todo en manos del Real Madrid. La opción de defender la corona reaparecía si era capaz de vencer sus cuatro partidos restantes. Debía responder a la resaca de Stamford Bridge en un día de impotencia que no acusó ante el Sevilla. Víctima de su falta de inspiración en los últimos metros hasta que sintió, de nuevo, todo perdido.

Las remotas opciones de reengancharse al pulso por el título del Sevilla pasaban por desafiar a la estadística. Derrotado en sus trece últimas visitas al Real Madrid pero jugaba liberado de presión. Objetivo cumplido y sin renunciar a un sueño. Armado en el centro del campo por el movimiento de Julen Lopetegui tras ver la variación de Zinedine Zidane. En la medular se decidiría el duelo.

El pulmón que le faltó al Real Madrid ante el Chelsea lo pretendió recuperar con la entrada de Fede Valverde. Pero los madridistas no llegan con las piernas frescas a los momentos decisivos del curso. Vinicius era el más veloz. Tan incisivo como desacertado. Lanzando carreras que acaban en impotencia ante disparos desviados o a las manos de Bono. Para el Sevilla había un camino que marcaba el Papu Gómez. Metiéndole garra en la batalla.

La igualdad parecía romperse a favor madridista con un gran testarazo de Benzema. El juego blanco se inclinaba a la derecha con un incisivo Odriozola. Su centro medido, pero el VAR aguaba la celebración. Un leve resbalón del lateral antes de controlar, le posicionó una bota en fuera de juego.

En la duda de los centrales sevillistas nacía la esperanza madridista pero el peligro solo existe con Benzema. Así despertó el Sevilla, capaz de golpear sin un 9 puro como En-Nesyri. Avisó Suso y golpeó Fernando. Con calidad, recortando a Casemiro con la diestra y definiendo de zurda tras la asistencia de cabeza de Rakitic.

Al Real Madrid le volvía a tocar tirar de orgullo, con las fuerzas justas pero creyendo en la remontada. Encerró al Sevilla en su terreno, con buena movilidad del balón pero bajándose la cortina cuando pisaba área. Casemiro lo intentaba, Vini desesperaba a todos y Bono mostraba firmeza ante Benzema.

Era el guion marcado para la segunda parte. El ímpetu madridista y la inteligencia sevillista. Por momentos corriendo riesgos excesivos, porque los de Lopetegui arrancaron con un disparo de Acuña a los 29 segundos de la reanudación pero hundió en exceso sus líneas. A los de Zidane no les quedaba otra que lanzarse a por todo y correr riesgos.

Sus intentos arrancaban con un disparo de Modric desde la frontal al que Bono posicionaba mal el cuerpo para llevarse un buen susto. El Sevilla había ajustado bien en defensa para acabar con el peligro por bandas y los intentos madridistas llegaron por el carril central. Un disparo de Nacho, otro de Marcelo antes de ser sustituido por Miguel Gutiérrez.

La Liga en juego con un canterano antes que con un futbolista lejos de su nivel. Zidane fue valiente y acertó con la entrada de Marco Asensio. Había perdonado la enésima Vinicius, con todo para marcar pero rematando de derecha a su propia pierna izquierda ante la resignación de Modric y Kroos que habían diseñado la acción, cuando Marco puso en una décima de segundo toda la inspiración en el remate que le faltó al brasileño.

En su primer balón, la triangulación Benzema, Casemiro con movimiento arrastrando defensa y Kroos, acabó con zurdazo preciso a la red. El empate era una realidad y el liderato volvía a estar cerca para el Real Madrid. Fue cuando llegó una jugada que marca la Liga. La mano de Militao, la contra de Benzema derribado en el mano a mano ante Bono y la intervención del VAR para cambiar de área el penalti. A Rakitic no le tembló el pulso. Engañó con el cuerpo y puso en ventaja a un Sevilla que resucitaba.

Cualquier equipo se hundiría en tal circunstancia pero el Real Madrid tiene fe hasta el final. Tocó arrebato, con Hazard ya en el campo fuera de tono, llegando tarde a un pase de gol de Benzema pero metiendo la bota a un disparo desviado de Kroos que convertía en el empate antes de que Casemiro, en el último segundo del partido, acariciase la remontada con un disparo ajustado al poste. Los de Zidane dejaron de depender de sí mismos. El título está en manos del Atlético.