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El serbio Novak Djokovic se mete de lleno en la carrera por acabar como el tenista más laureado de todos los tiempos, que hasta ahora lideraban el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.

Su triunfo en Roland Garros, tras destronar al 13 veces vencedor de la arcilla parisiense, le coloca con 19 Grand Slam, por primera vez en su carrera a solo a uno de sus rivales, con un año menos y una mayor polivalencia para imponerse en todas las superficies.

Djokovic está batiendo marcas que indican que tiene todos los ingredientes para superar a sus dos predecesores: es el primero en la era Open que ha ganado, al menos dos veces, los cuatro grandes, 9 de los 10 Masters 1.000, cinco veces la Copa de Maestros y posee el récord de número de semanas en el número 1 del mundo.

El serbio tenía una espina clavada en París, donde no lograba destronar a Nadal. Cierto que ganó el título en 2016, pero lo hizo con el español eliminado por lesión. Esta vez, le ganó en la plenitud de su forma, otra frontera superada.

En 2019 hizo lo mismo con Federer en Wimbledon, en una final épica en la que el suizo tuvo dos pelotas de partido, pero que acabó con triunfo del serbio en el grande favorito de Federer.

A sus 34 años, Djokovic presenta un buen estado de forma, es también el tenista que más partidos ha ganado a cinco sets, lo que demuestra que el físico le acompaña en su viaje, al igual que el tiempo, que corre a su favor.