El recorrido de Torrey Pines, sede de la 121ª edición del Abierto de Golf de Estados Unidos, se va endureciendo cada día para recibir a los 156 golfistas que competirán esta semana en el tercer grande del año.
Torrey Pines alberga el recuerdo de uno de los US Open más emocionantes de la historia reciente, cuando el legendario golfista estadounidense Tiger Woods ganó su tercer y último Abierto de Estados Unidos (2000, 2002, 2008) con la pierna fracturada en un agónico desempate contra su compatriota Rocco Mediate.
Más de una década después, Tiger Woods ha vuelto a fracturarse las dos piernas, esta vez en un grave accidente automovilístico que lo mantiene apartado de la competición durante meses. Y Torrey Pines vuelve a acoger a los mejores del mundo con la hierba alta y los greenes duros y vertiginosos.
La ausencia de Woods ha cedido el protagonismo al veterano Phil Mickelson, la estrella local que cumple hoy 51 años y acaba de ganar el sexto grande de su carrera en el Campeonato de la PGA de mayo en Kiawah Island.
Phil y su hermano Tim, que le llevará de nuevo la bolsa esta semana, son algunos de los hermanos que competirán esta semana en Torrey Pines, junto a los golfistas italianos Francesco y Edoardo Molinari, los mexicanos Álvaro y Carlos Ortiz, y los españoles Rafa y Miguel Cabrera Bello, otro equipo fraternal de jugador y caddie.
Dentro de la generación más joven parten como favoritos el estadounidense Xander Schauffele, número seis del mundo que ha forjado su carrera en San Diego, y el español Jon Rahm, tercero del mundo, que conquistó su primera victoria del PGA Tour (2017) en Torrey Pines y acaba de superar el coronavirus.
En esta 121ª edición del Abierto de Estados Unidos, que coincide con el 50 aniversario de la victoria del golfista estadounidense de origen mexicano Lee Treviño en el Open de 1971, participan una cifra histórica de latinoamericanos, entre ellos los hermanos Ortiz y los también mexicanos Mario Carmona y Abraham Ancer.
El argentino Fabián Gómez, el chileno Joaquín Niemann, el colombiano Juan Sebastián Muñoz, el peruano Luis Fernando Barco, el venezolano Jhonattan Vegas, el costarricense Luis Gagne y el español Sergio García, ganador del Masters de 2017, completan la cifra sin precedentes de 13 hispanohablantes en un US Open.
La numerosa población latina de la zona, a escasa distancia de la frontera con México, y la presencia de espectadores gracias al comienzo del levantamiento de las restricciones por Covid en California harán posible que se escuchen ovaciones y gritos de ánimo en español durante los cuatro días de dura competición a orillas del Pacífico.