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Rigoberto Urán no pudo mantenerse hasta el final en la lucha por el podio de París y sufrió un duro descalabro que le relegó a la décima posición de la general, a casi 10 minutos del tercer puesto que ocupa el ecuatoriano Richard Carapaz.

El ciclista colombiano del EF partía como el más veterano de los aspirantes a subir al escalón a sus 36 años y con el credo de que aguantar podía dejarle en buena posición, sobre todo con la crono del próximo sábado por delante.

En Alpes aguantó bien el tipo y salió como segundo de la general, solo superado por el intocable esloveno Tadej Pogacar, pero sin ceder tiempo con los candidatos a los primeros puestos.

El optimismo reinaba en su equipo, que veía cómo su punta de forma se alargaba a medida que pasaban las etapas y que se veía capaz de seguir entre los mejores.

Pero el tramo final fue letal para el ciclista de Urrao, que en las dos duras etapas pirenaicas que cerraban la montaña se dejó todas sus aspiraciones de repetir en el podio, al que ya subió como segundo en 2017.

Los primeros síntomas de debilidad llegaron en la etapa reina del último miércoles, con cima en el durísimo Col du Portet, para algunos el más complejo de los Pirineos.

Urán perdió comba en los últimos kilómetros de la etapa, a medida que los ataques se sucedían entre los favoritos. Los de Pogacar, los más fuertes, fueron los que más daño hicieron a sus piernas y el ciclista se descolgó a falta de 7 kilómetros para coronar.

La ayuda de su compatriota y compañero de equipo Sergio Higuita evitó que la renta cedida fuera superior. Sin ella, reconoció, habría perdido el doble. Pese a todo se dejó en la meta casi dos minutos, suficientes para bajarle del podio provisional.

Rigo afrontaba cuarto la última gran jornada de montaña, pero sobre todo había dejado malas sensaciones en el Portet, lo que daba ánimos a sus rivales para atacarle en una etapa que encadenaba las subidas al Tourmalet y a Luz Ardiden.

Así lo confirmó el español Jonathan Castroviejo, compañero en el Ineos de Carapaz, el hombre con quien parecía que tendría que jugarse el podio: 'Sabíamos que no iba bien, que el podio lo teníamos casi asegurado'.

Los síntomas de debilidad se mostraron pronto y Urán se descolgó del grupo de los mejores cuando todavía faltaban 3 kilómetros para coronar el Tourmalet, toda una vida en un puerto de esa dureza.

El equipo no ordenó esta vez que Higuita se quedara a ayudarle y mantuvo a la joven promesa en el grupo de los mejores. Al final, fue séptimo de la etapa.

Urán, mientras, iba perdiendo minutos por la parte de atrás. Dos nada más pasar el Tourmalet y, aunque en el descenso recuperó un poco, las rampas de Luz Ardiden fueron mermando sus fuerzas de forma radical.

Recuperó a dos gregarios, el danés Magnus Cort Nielsen y el estadounidense Neilson Powless, pero ni con esas pudo mantener el ritmo.

Con el rostro desencajado cruzó la meta casi 9 minutos después del ganador, el esloveno Pogacar, que hasta hace dos días era el único que tenía por delante en la general.

Urán es ahora décimo, una posición que difícilmente variará hasta el final. El noveno puesto, que ocupa el español Peio Bilbao, está a 2.37, una renta muy amplia aunque el colombiano va bien en contrarreloj, como demostró en la pasada Vuelta a Suiza, donde se impuso en la única que había.

Tampoco parece que le vaya a desalojar del 'top 10' el francés David Gaudu, al que tiene a 2.17 y que no va bien en la lucha contra el crono.

Carapaz, por su parte, tiene casi asegurado el podio, como él mismo se encargó de asegurar tras acabar tercero en la meta de Luz Ardiden.

'Aún quedan dos días y puede pasar cualquier cosa, pero creo que el podio está casi decidido. Ha sido una etapa dura, rodamos muy rápido y el resultado fue bueno porque estuvimos en la lucha por la victoria de etapa', señaló Carapaz.

El ecuatoriano del Ineos tiene una renta de 2.22 segundos con el australiano Ben O'Connor, cuarto. Tampoco parece fácil que Carapaz asalte la segunda posición del danés Jonas Vingegaard, que le aventaja en seis segundos, pero que va mejor contra el crono.