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Eslovenia es un ciclón. Su baloncesto está apoyado en un genio, Luka Doncic, y funciona a otra velocidad. Ese ciclón cayó este lunes sobre Argentina en su debut en los Juegos Olímpicos de Tokio en el Saitama Super Arena (100-118), con 48 puntos del exterior de los Dallas Mavericks.

Jugando con tamaña velocidad y acierto (37% en triples, 50% en tiros de campo), poco importa que los eslovenos no defiendan, porque los rivales tienen que ingeniárselas para detener su vertiginoso ritmo antes de mirar cómo plantearles problemas.

Esto le pasó a Argentina, que pese a contar con un buen Luis Scola, que anotó 23 puntos en el arranque de sus quintos Juegos Olímpicos -se une a un club muy selecto con el brasileño Óscar Schmidt o el español Juan Carlos Navarro, entre otros, al que se unirán esta noche los españoles Pau Gasol y Rudy Fernández- y buenos momentos de Facundo Campazzo (21) y Gabi Deck (17), se vio desfondada por el ritmo incesante de ofensivas eslovenas.

Chocaban las manos Campazzo y Doncic, excompañeros en el Real Madrid, ya con el balón en juego y ajenos a la primera jugada. Parecía que comentaban la tormenta que iban a desatar: comenzó ‘Facu’ con un triple y le respondió Luka con tres (5-12, min. 3). Scola y Campazzo hacían lo posible por contestar la voracidad anotadora del esloveno, en un partido sin ataques en estático.

Tan rápidos iban, que los jóvenes japoneses encargados de la mopa afrontaban auténticos sprints -siempre en parejas y previa inclinación de cabeza antes ingresar en el terreno de juego- para secar el parqué antes de que regresaran los jugadores del ida y vuelta.

El duelo era una exhibición de Doncic, que se anotó 17 puntos solo en el primer cuarto pese a que el 'Oveja' Hernández gritara y le cambiara a los defensores, acompañado por el acierto de sus compañeros (6 de 12 en triples para los eslovenos en el primer periodo), con el 24-32 al primer cuarto.

Sin el ‘77’ sobre el parqué, Argentina respiró. Pudo apretar su defensa en estático y acercarse con Deck, Campazzo y Scola (34-39, min. 14), pero fue apenas un descanso de unos minutos. A su vuelta, Doncic aceleró a Eslovenia, con Mike Tobey como compinche recogiendo balones interiores bajo el aro para cuajar un parcial 0-12 hasta el 34-51. El descanso llegó con 42-62 y 31 puntos del genio de los Dallas Mavericks.

La pregunta en albiceleste era cómo aminorar el ritmo del equipo centroeuropeo, cómo obligarle a jugar más estático. Pareció encontrar la respuesta de la mano de Scola, pero fue un espejismo, porque al inicio del veterano pívot respondieron los eslovenos con un parcial de 2-18 para pasar del 48-64 al 52-82 en cuatro minutos. El amor propio argentino no tiene límites, y con eso recortaron al 66-88 a falta del último parcial.

Pero ya estaba todo hecho, o casi todo en cuanto a quién era el dueño del partido. Solo quedaba certificar que Eslovenia debutaba en unos Juegos Olímpicos superando los 100 puntos, que lo hizo cerrando el partido (100-118), y si Doncic batía el récord de anotación olímpico, los 55 puntos del brasileño Schmidt en la fase de grupos Seúl 1988 contra España. Este no cayó, pero igualó el segundo mejor registro histórico.

El espectáculo esloveno continuará el jueves, contra la anfitriona, Japón, mientras que Argentina jugará el mismo día ante España, un duelo que se torna clave para los del ‘Oveja’ Hernández en la búsqueda de los cuartos de final de Tokio 2020.