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Un año después de lo previsto, la llama del movimiento paralímpico iluminará el cielo de Tokio durante trece días (24 agosto-5 septiembre) para celebrar unos Juegos muy especiales que cuentan con un estricto protocolo de seguridad y que tendrán el mayor impacto global de su historia llegando a todos los rincones del mundo, incluidos por primera vez 49 países del África Subsahariana.

El 7 de septiembre de 2013, la 125ª Asamblea General del Comité Olímpico Internacional (COI) designó a Tokio como sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020. La fecha inicial no se pudo cumplir porque los Juegos fueron aplazados pero, finalmente, la ciudad japonesa volverá a celebrar por segunda vez la gran fiesta internacional del deporte de personas con discapacidad 57 años después.

En 1964 compitieron en nueve deportes 378 atletas con discapacidad procedentes de 21 países. Ahora, para estos Juegos, hay confirmada la presencia de 4.400 deportistas (2.318 hombres, 1.782 mujeres y 300 plazas mixtas) con discapacidad física, intelectual, visual o parálisis cerebral llegados de 160 países.

Los que no estarán en Tokio son los deportistas rusos bajo la bandera de su país. Debido a la sanción de dos años del Tribunal Arbitral del Deporte, que redujo a la mitad los cuatro puestos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), los atletas e integrantes del equipo ruso usarán 'RPC' como acrónimo, incluso para el orden de marcha de la Ceremonia de Apertura.

Este emblema se puede usar en uniformes, equipos, artículos personales, sitios web y otras áreas relevantes para los Juegos. El emblema también se usará en una bandera para Tokio 2020 y el himno del país será sustituido por el Concierto para piano número 1 de Pyotr Tchaikovsky, que se tocará en todas las ceremonias de premiación con deportistas rusos.

Tampoco estarán los deportistas de Corea del Norte, país que ha renunciado a participar alegando motivos sanitarios, ni los dos afganos que tenían su clasificación conseguida, la taekwondista Zakia Khudadadi y el atleta Hossain Rasouli, que no tienen forma de acudir con seguridad.

Los que sí tienen asegurada su presencia son los seis deportistas que formarán parte del equipo de refugiados. Los elegidos han sido tres deportistas sirios (el nadador Ibrahim Al Hussein, la lanzadora Alia Issa y el piragüista Anas Al Khalifa), el taekwondista de Burundi Parfait Hakizimana, el nadador afgano Abbas Karimi y el lanzador de disco iraní Shahrad Nasajpour.