Un gol de Ansu Fati, a veinte minutos para el final, dio la victoria al Barcelona ante el Dinamo de Kiev (0-1), en el Estadio Olímpico de la capital ucraniana, y le mantiene con vida en la Liga de Campeones, donde tendrá que certificar ahora su clasificación para octavos de final ganando al Benfica en el Camp Nou.
Arrancó el Barça eléctrico, pero su fútbol espumoso apenas duró diez minutos. En el primer ataque visitante, Zabarnyi rechazó un disparo a Memphis, cuando el punta neerlandés se disponía a fusilar a Bushchan.
Sergi había recuperado para su once a Ansuf Fati y Frenkie de Jong, restablecidos ya de sus respectivas lesiones, y el equipo parecía tener otro aire de inicio, con sus líneas adelantas, la presión alta y una marcha más en el intercambio de posiciones y la circulación del balón.
Pero eso duró lo que tardo el Dinamo en empezar a salir hacia la portería de Ter Stegen como alma que se llevaba el diablo. El inofensivo equipo del Camp Nou se tornó en el Olímpico de Kiev en un conjunto que contragolpeaba con fiereza a la menor ocasión. Sobre todo por banda derecha, donde Tsygankov le ganaba la partida a Alba y Ansu Fati una y otra vez.
De las botas de Tsygankov salió la primera que tuvo Shaparenko, que le pegó mordida con la zurda en su primera llegada al área visitante. En la segunda, dispararía desviado ante la salida de Ter Stegen, que poco antes había sacado con la pierna izquierda un remate de De Pena.
Eran los mejores minutos de la escuadra ucraniana, que se había hecho con el partido mediada la primer mitad. Aunque el Barça se recuperaría en la recta final del primer tiempo para sembrar la duda en la zaga local.
Pasada la media hora, Lenglet remataba en plancha al palo, pero el árbitro anularía la acción por fuera de juego. Antes y después de la acción del francés, Sergio Busquets y Jordi Alba habían disparado alto desde la frontal. Y en el último ataque azulgrana antes del descanso, Memphis impedía involuntariamente que un cabezazo de Nico traspasase la línea de gol.
El imberbe Barça de Sergi Barjuan se marchaba al descanso sin haber disparado ni una sola vez entre los tres palos, pero con la sensación de que podía jugar de tú a tú a su rival en la desapacible noche de Kiev, algo que en su situación actual no podía considerarse una mala noticia.
El guión del partido no varió tras la reanudación, con el Barça intentando adueñarse del balón e imponer su juego posicional y el Dinamo buscando sorprender a su rival en el repliegue para sembrar el caos en cada transición.
En uno esos contraataques, Karavaev busco sin éxito la escuadra de la portería visitante, cuando estaba a punto de cumplirse la hora de partido.
El VAR revisaba -y anulaba- un penalti que el árbitro había señalado sobre Ansu Fati, y Sergi sentaba a Gavi para dar a entrada a Dembélé, que volvía jugar un partido oficial cinco meses después de sufrir su enésima lesión muscular.
Dominaba el Barça de nuevo en esta fase, y por fin obtuvo el premio del gol. La defensa desviaba un centro de Mingueza desde la derecha y el balón caída frente a Ansu Fati, quien remataba con violencia al fondo de la red de la portería de Bushchan a veinte minutos para el final.
Era el tercer gol del hispano-guineano esta temporada y el segundo de los azulgranas en este Champions. Un gol que acabaría valiendo oro.
Pero el equipo de Lucescu no se rendiría, ni mucho menos, en esta recta final. Sydorchuk y Tsygankov, el mejor jugador del Dinamo, ponían a prueba a Ter Stegen, poco después, y Zabarnyi, a un minuto del final, remataba desviado un córner que habría sido el 1-1.
La verticalidad de Dembélé, muy activo en los minutos que estuvo en el césped, apareció en el descuento para servir un balón a Balde en una contra, pero el lateral azulgrana cruzó demasiado su disparo, aunque el Barça, a la postre, ganaría el partido. El primero en el que logra el triunfo como visitante esta temporada.