La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) aguardará una denuncia para actuar en un hecho de racismo que se produjo el pasado domingo durante el duelo en el que el Bolívar de La Paz venció al Oriente Petrolero por 1-3 en Santa Cruz.
La explicación que brindó este miércoles a los medios el vicepresidente de la FBF, Marcos Rodríguez, es que 'tiene que haber una denuncia' de parte de quienes resultaron afectados y que la entidad no puede hacer una actuación de oficio.
Aunque el dirigente también mencionó que 'la federación tiene que tomar acciones inmediatamente y también la justicia' y que 'no puede haber ningún acto racista de ninguna índole' en los estadios de Bolivia.
El domingo pasado mientras se disputaba ese duelo en el estadio Ramón 'Tahuichi' Aguilera se produjo un altercado en el palco del estadio que quedó registrado en video y circuló en redes sociales contra un grupo de personas que portaban distintivos del Bolívar y que se dijo eran parte de la comitiva del equipo visitante.
'Raza maldita', 'igual son collas, raza maldita', eran los gritos de los que parecían ser algunos aficionados locales que incluso llegaron a lanzar algunos objetos para hacer que los otros aficionados se retiraran.
Esas alusiones hicieron referencia a las diferencias regionales entre el oriente del país, que se autoafirma como 'camba', y el occidente para el que se utiliza el despectivo 'colla' para referirse a las poblaciones andinas mayoritariamente aimaras y quechuas.
Algo que también se invierte cuando un equipo del oriente visita el occidente del país.
El Bolívar todavía no ha fijado ninguna postura por lo sucedido, aunque sí se sabe que algunos dirigentes se reunirán en las siguientes horas para valorar los hechos del pasado fin de semana.
El investigador en temas de racismo Rafael Loayza dijo a Efe que el fútbol 'ha normalizado el racismo, la xenofobia y la homofobia' al punto de que se ha invisibilizado la crudeza de estos comportamientos.
A juicio de este experto es preciso 'disciplinar a la tribuna con reglamentos', pues considera que Bolivia es uno de los países en los que ni su federación ni sus equipos se han preocupado por 'tratar de reducir y mitigar estas manifestaciones de odio'.
En los estadios bolivianos se vierten desde las tribunas constantes alusiones despectivas respecto al país de nacimiento, origen étnico, identificación regional y color de piel, como también insultos sobre la sexualidad o género.
En 2019 el Gobierno boliviano pidió a la FBF sanciones contra el Blooming de Santa Cruz por las agresiones racistas de su hinchada a Serginho, jugador brasileño del Wilstermann de Cochabamba.
Recientemente la Conmebol admitió la denuncia por discriminación de una exintegrante del cuerpo médico del Wilstermann contra el entonces entrenador Mauricio Soria que, según la acusación, el hombre pidió que la reubicaran ya que él no solía trabajar con mujeres.