Con una trascendencia menor en cuanto a la importancia de los puntos en una Liga teñida de blanco, el clásico, partido de los partidos para cada uno de los protagonistas, se acerca a los sentimientos, a la importancia psicológica de imponerse al eterno rival en un duelo que regresa dos años después al Santiago Bernabéu marcado por la ausencia de Karim Benzema y la oportunidad de Xavi de impulsar su proyecto
Nunca un equipo en la historia de LaLiga dejó escapar diez puntos de ventaja a falta del mismo número de jornadas para el final. Y no tiene pinta este Real Madrid de protagonizar un desplome sin precedentes. Aunque los golpes de las derrotas, más aún si se producen en un clásico, siempre son sonoros en un club que no las digiere bien. En esta ocasión, liberado de la presión clasificatoria por sus quince puntos de ventaja sobre el rival, y los diez a su perseguidor directo, el Sevilla, los de Carlo Ancelotti desean extender la euforia desatada tras la remontada europea ante el PSG.
Será el reencuentro con la afición del Santiago Bernabéu tras aquella noche mágica para el recuerdo. Con los futbolistas llevados en volandas por un ambiente especial que desean reeditar en el clásico para imponerse a las dificultades. De nuevo sin Ferland Mendy en el lateral izquierdo, con un problema añadido de magnitud, la ausencia de Karim Benzema en punta.
El delantero francés es mucho más que el referente goleador. Su baja, por molestias musculares en un gemelo, deja al Real Madrid sin el máximo artillero del campeonato y, a su vez, máximo asistente del equipo. Sin el futbolista sobre el que gira todo y que mejora a los que le rodean cuando la jugada pasa por él. Tras marcar en sus cinco últimos partidos deja el escenario para que alguien de un paso al frente y asuma la responsabilidad. Un solo gol en sus tres últimas ausencias. Ancelotti debe encontrar soluciones.
Todo apunta a la figura de falso nueve, apostar por la opción de correr al contragolpe, retrasar metros el bloque y castigar al Barcelona con velocidad como en la Supercopa de España. Con un foco puesto en el duelo brasileño entre Vinícius y Dani Alves. Por ahí gana opciones la presencia de Marco Asensio o Rodrygo en punta, aunque el último precedente sin Karim el elegido, en La Cerámica, fue Gareth Bale. El galés no juega en el Bernabéu desde hace más de dos años. Un dato demoledor.
Parecen con menos opciones nueves puros como Mariano o Luka Jovic, por la falta de ritmo y oportunidades, así como Isco Alarcón que tras su protagonismo de enero ha desaparecido de los planes de Ancelotti. También Marcelo, en el que se perfila como último clásico de un lateral que ha marcado una época. Ni la baja de Mendy parece abrirle las puertas de la titularidad y el peligro del tridente azulgranda da ventaja a la entrada de Nacho Fernández como lateral. Catorce goles del Barcelona en las cuatro últimas jornadas infunden respeto a un líder que en el mismo número de partidos ligueros solo recibió un tanto en la portería de un firme Courtois.
Dominador de los clásicos recientes, con cinco triunfos consecutivos madridistas, a dos de igualar su mejor registro, el equipo de Ancelotti llega en un gran momento a la cita. Venció sus cinco últimos compromisos, cuatro de Liga para dar un paso de gigante al título, y uno en Champions para volver a creer en sus opciones de reinar en Europa. Para el técnico italiano el resultado está por encima del estilo y no le importará repetir el planteamiento con el que derrotó a Xavi en su primer pulso en Riad.
El clásico será la prueba del algodón para el Barça de Xavi Hernández, que no conoce la derrota en Liga desde hace doce partidos y que este jueves se clasificó para los cuartos de final de la Liga Europa tras batir al Galatasaray en su animoso estadio.
La buena racha de juego y resultados ha situado al conjunto azulgrana en la tercera posición de la clasificación de Liga con 51 puntos, a quince del líder aunque con un partido menos. Así, si el Barça lograra vencer en el Santiago Bernabéu y en el partido aplazado que tiene ante el Rayo Vallecano, se situaría a unos aún esperanzadores nueve puntos de la primera posición.
De todas maneras, el objetivo realista de los de Xavi Hernández es clasificarse para la próxima edición de la Liga de Campeones. En este sentido, un triunfo ante el eterno rival sería un golpe sobre la mesa que confirmaría la línea ascendente y que daría mucha confianza para lo que resta de temporada. Rompería además una racha negativa de siete partidos sin vencer al eterno rival entre Liga y Supercopa de España. El Barça no derrota al Real Madrid desde el 28 de octubre de 2018, cuando se impuso por 5-1 en el Camp Nou en partido de Liga.
El conjunto azulgrana llega al feudo blanco con cuatro bajas. A las de Ansu Fati, Sergi Roberto y Samuel Umtiti se ha sumado la de Sergiño Dest, que tuvo que ser sustituido el jueves a causa de una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda. En cambio, Gerard Piqué, con molestias en el aductor, estará disponible para Xavi salvo sorpresa.
Así, el técnico tendrá otra vez dónde elegir para confeccionar la alineación. La proximidad con el encuentro de Liga Europa disputado el jueves hace pensar que Xavi introducirá algunos cambios. Dani Alves en el lateral derecho, Ronald Araujo en la posición de central y Ousmane Dembélé en el extremo derecho cuentan con opciones de regresar al once titular. Quien tiene un lugar reservado entre los once de inicio es Pedro González ‘Pedri’, que volvió a dar un recital en Estambul con gol de museo incluido. El centrocampista canario tiene ganas de lucirse en un gran escenario como el Bernabéu y conseguir su primer triunfo ante el Real Madrid.
Alineaciones probables:
Real Madrid: Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Nacho; Casemiro, Kroos, Modric; Rodrygo, Vinícius y Marco Asensio.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Araujo, Piqué, Jordi Alba; Sergio Busquets, Pedri, Frenkie de Jong; Dembélé, Ferran y Aubameyang.