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Con capacidad de sufrimiento en los momentos que lo requiere el ímpetu del rival y con una confianza en su pegada que tumba rivales con acciones letales, el Real Madrid inició una nueva defensa de corona europea castigando el descaro sin gol del Celtic con los tantos de Vinícius, Luka Modric y Eden Hazard, en una noche que deja preocupación en torno a Karim Benzema.

No hay peor escenario para el Real Madrid que una lesión de Benzema. El gran referente, líder indiscutible por goles y por el fútbol que inspira a los que le rodean. Su dimensión llega a tal punto que los que mandan en el club ni se plantearon el fichaje de un ‘9’ como Haaland. No por dinero, sino porque nadie compita con el francés en el momento más alto de su carrera. Todos cruzan los dedos tras verle abandonar Celtic Park cariacontecido.

Cuando llegó la peor noticia que puede recibir Ancelotti, el dolor agudo en la rodilla derecha que le impidió seguir a Benzema, el Real Madrid ya había sentido la presión de un equipo sin complejos como el Celtic. Poco o nada tiene que perder en su regreso a la competición de mayor prestigio y salió a comerse al vigente campeón. Presión alta, ritmo endiablado, juego directo. Sin ningún tipo de complejo.

No se habían cumplido 25 segundos y el Real Madrid ya había sentido el peligro. El primer disparo taponado de un Militao que se multiplicó en defensa. Mientras que Modric y Kroos son los jugadores a los que ampararse cuando se tiene poco la pelota. A los de ‘Carletto’ les faltó en el primer acto velocidad en la posesión y meter miedo al rival. Todo lo que exhibió en el segundo.

Es cuando Vinícius pide protagonismo, capaz de cambiar el rumbo de un partido con una carrera. Su centro no lo remató bien Benzema, que andaba poco fino las últimas citas y la lesión le terminó de rematar. El Celtic encontraba en Jota lo que el Real Madrid con 'Vini'. Su visión en el pase permitió a Abada la primera clara. Giakoumakis fijaba centrales y hacia dentro entraban como balas sus compañeros.

Hatate, siempre presente, probó la firmeza de los puños del portero madridista que se alió con la fortuna a un disparo imposible de detener. El latigazo de zurda de McGregor lo repelió la madera y Militao sacó otra acción con aroma de gol que acabó en el lateral de la red. Como aviso ya era suficiente. El Real Madrid siempre en pie con ese carácter competitivo tan especial que luce en la 'Champions'.

Hasta el punto que ya sin Karim y con Hazard frío, el belga perdonó la más clara por falta de precisión con todo para marcar tras centro de Carvajal y Vinícius retrocedió en el tiempo para perdonar lo que no debe en un claro mano a mano ante el portero, del que Hart salió victorioso.

La respuesta estaba dada en los últimos compases del primer acto y debía confirmarse en el segundo cuando Ancelotti recurrió a Rüdiger por otra molestia del jugador más destacado en la zaga, Militao. Nació con susto, el último, cuando Maeda perdonó con todo para marcar antes de que el rey de Europa mostrase su poderío para poner una nueva pica en un terreno que no había conquistado.

En cuanto dominó el duelo desde el balón y sometió a su rival, encontró el premio del gol. Decisivo Fede Valverde en un arranque que mezcla potencia y calidad. La del taco para descargar pegado a banda, encontrar la continuidad de Hazard y meter un pase tenso a la llegada de Vinícius. Ahora sí colocó bien el cuerpo y mandó el balón a la red en carrera y libre de marca para dar un golpe al partido.

No hubo capacidad de respuesta de un Celtic que sintió como todo lo que había perseguido durante tantos minutos, lo había recibido en un gesto de calidad del Real Madrid. Y 'mareado' por el golpe recibió la sentencia tres minutos después, cuando Modric sacó a relucir su golpeo de exterior del pie derecho.

Un Real Madrid demoledor que mandó dentro de la portería la mitad de sus disparos entre palos porque aún estaba por llegar la resurrección de Hazard, el momento en el que el belga recuperó la sonrisa cuando marcó el tercero. El guante de Kroos en el servicio a la banda donde la enésima subida de Carvajal encontró el justo premio en el regalo de asistencia a Eden. La mejor noticia en medio de la preocupación por Benzema.