El Manchester City demostró la infinita diferencia con la que supera hoy por hoy al Manchester United, al que desbordó y arrolló con una autoridad tremenda, con la voracidad insaciable e incontenible de Erling Haaland y Phil Foden -ambos goleadores por partida triple, aparte de asistente dos veces el noruego-, con la precisión de Kevin de Bruyne y con el fútbol de un equipo imponente, al acecho de la cima del Arsenal, tras una exhibición rebajada en los últimos instantes con un doblete de Anthony Martial (6-3).
A la 'máquina' que dirige Pep Guardiola, aún un punto por detrás del líder, aún el único equipo invencible en esta temporada en la competición inglesa, le bastó un rato -poco más de media hora- para noquear a su adversario con una secuencia de golpes imponentes, fruto de la superioridad que impuso desde el principio sobre su oponente, al que arrinconó, zarandeó y doblegó con una inapelable y expresiva contundencia.
No tuvo respuesta en todo el primer tiempo el United, derribado después de cuatro triunfos consecutivos. Se sintió superado en cada lance, en cada sector, en cada posesión, en cada repliegue, en cada transición, en cada ataque, en cada una de las circunstancias que comprenden un partido, en cada una de las cualidades en las que lo sobrepasó el Manchester City, que a los tres minutos ya había dispuesto de una triple ocasión y que a los ocho ya había recibido el 1-0, una preciosidad combinativa del grupo dirigido por Guardiola.