El parón internacional siempre deja sorpresas y, tras el de septiembre, deparó el primer partido que el Real Madrid cerró sin llevarse los tres puntos, contra Osasuna (1-1), un resultado que, además, deja a los del italiano Carlo Ancelotti, a dos semanas del clásico y por la diferencia de goles, sin el liderato de LaLiga Santander, ahora en poder del Barcelona.
Eso sí, al contrario que en otros partidos en el feudo madridista como contra Betis y Mallorca, los de Ancelotti no quisieron dejarse los deberes para la parte final del encuentro y salieron a resolver el partido desde el inicio. Pero este se le truncó en la segunda parte, lo que no la había sucedido hasta ahora.
La mera presencia del francés Karim Benzema, 26 días después de sufrir una doble lesión en el muslo en Celtic Park, le permitió al conjunto blanco percutir por las bandas con mayor facilidad; y ahí los brasileños Vinicius Junior, queriendo dejar su sello en todo momento, y un Rodrygo Goes que rebosa confianza fueron claves para abrir una defensa pamplonica que con el paso de los minutos fue haciendo aguas.