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La Policía indonesia acusó este jueves a seis personas, incluidos tres policías, de negligencia y otros cargos debido a la estampida ocurrida el pasado sábado en un estadio de fútbol en el que murieron 131 personas y más de 460 resultaron heridas.

Así lo anunció el jefe de la Policía Nacional, Listyo Sigit Prabowo, en una conferencia de prensa en la que afirmó que entre los cargos presentados se encuentran los artículos 359 y 360 del Código Penal sobre negligencia con resultado de muerte o heridas graves.

Entre los acusados se encuentran el presidente de la liga indonesia de fútbol, Ahmad Hadian Lukita, así como el jefe ejecutivo del club Arema, Abdul Haris, y el jefe de seguridad del estadio Kanjuruhan, Suko Sutrisno.

Prabowo señaló que están investigando el uso de los gases lacrimógenos que causaron la estampida durante el partido entre el Arema y el Persebaya Surabaya, el equipo visitante, en el estadio Kanjuruhan en la ciudad de Malang, en la isla de Java.

Después de que perder por 2-3, los aficionados del Arema bajaron al campo, lo que provocó enfrentamientos con la policía, que respondió con porras y gases lacrimógenos, causando una estampida de miles de personas.

Las víctimas mortales por la estampida incluyen a dos policías y a 33 menores de entre 4 y 17 años.

No había hinchas del equipo rival, ya que se acordó que no asistieran para evitar enfrentamientos.

El jefe policial explicó que muchas víctimas murieron de asfixia y por fracturas cuando trataron de escapar por algunas puertas que estaban abiertas solo 1,5 metros, lo que causó una gran aglomeración de personas.

Prabowo también indicó que había fallos en la seguridad del estadio que no se habían resuelto desde el año 2020.

Hasta el momento, las autoridades han suspendido a 10 policías, entre ellos el jefe de Policía de Malang, mientras investigan a otra veintena de agentes por su actuación en los sucesos del sábado.

Las imágenes de terror dieron la vuelta al mundo y, en medio de las presiones dentro y fuera del país, el presidente indonesio, Joko Widodo, determinó la apertura de una investigación independiente para averiguar los responsables de la tragedia y evaluar la actuación de la policía.