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Max Verstappen ratificó su condición de favorito en el Gran Premio de Japón y se coronó como campeón del Mundial de la Fórmula Uno por segunda vez consecutiva.

El holandés demostró una rendimiento excepcional a lo largo de los circuitos en los que ha habido competencia este año y no dejó dudas de quiénes son los dominadores de la máxima categoría en la actualidad.

En compañía de su equipo, el Red Bull Racing, en cabeza del británico Christian Horner, lograron sacar una diferencia significativa a sus principales rivales de esta temporada, el equipo de Ferrari a través de su piloto estrella, el monegasco Charles Lecrerc.