Compartir:

A la desesperada, con un remate de cabeza en mala posición, Casemiro logró evitar en el tiempo añadido la derrota del Manchester United en Stamford Bridge ante el Chelsea, que había tomado la delantera en el marcador siete minutos antes, en el 87, con un penalti transformado por Jorginho (1-1).

Fue con ese cabezazo de la única manera en la que el equipo de Erik Ten Hag consiguió batir al meta español Kepa Arrizabalaga, salvador de los 'blues' durante todo el partido. De hecho, llegó a tocar el balón y lo detuvo en el suelo. Aunque había rebasado la línea por poco.