La pegada, factor diferencial respecto al Ajax, reflejada en los goles de Mohamed Salah, el uruguayo Darwin Núñez y Harvey Elliott, desniveló el duelo clave en el Johan Cruyff Arena a favor del Liverpool, que sumó una nueva y clara victoria (0-3) para asegurarse una plaza en los octavos de final de la Liga de Campeones.
El vigente subcampeón del torneo que tuvo un inicio irregular en la competición, se jugará el primer puesto del Grupo con el Nápoles en la última jornada. El Ajax se quedó sin opciones. La Liga Europa es su objetivo ahora.
Nada tuvo que ver cómo terminó el partido, el marcador final, a la puesta en escena donde el Ajax mostró atrevimiento y mejor manejo del juego. De hecho complicó el panorama al Liverpool en acciones combinadas como la que terminó con un remate de Steve Berghuis al palo con Alisson batido.
Después, el Ajax mantuvo el dominio pero sin amenazar la meta visitante. No pasaban excesivas cosas. El dominio del cuadro de Alfred Schreuder decaía paulatinamente y el Liverpool se mostraba más cómodo.
El primer gol de los reds llegó en el momento justo. Al borde del descanso. Fue un mazazo para el Ajax. Un centro con el exterior de Jordan Henderson fue rematada de primera por Mohamed Salah hacia la red. E
El segundo apuntilló, sobre todo mentalmente, al Ajax. No le dio tiempo a reaccionar al cuadro neerlandés que sufrió un nuevo mazazo a la vuelta de vestuarios. En un córner botado por Andy Robertson que cabeceó a la red Darwin Núñez.
El uruguayo ya había podido marcar minutos antes. En una jugada coral entre Salah, Robertson y que el sudamericano, a puerta vacía, estrelló en el palo. Se desquitó con el cabezazo posterior que dejó el panorama mucho más despejado para el conjunto de Jugen Klopp.
El tercero llegó en seguida. De nuevo nació en las botas de Salah con un pase filtrado hacia Harvey Elliott que no falló ante Remko Pasveer. Fue la sentencia al choque a pesar de que quedaba más de media hora por delante.
El partido se rompió. Klopp empezó a dosificar fierzas y Schreuder en buscar soluciones para mejorar el marcador desde el banquillo.
Klopp quitó del campo a toda su línea de centrocampistas e impuso el ritmo a su antojo hasta el final del encuentro, con la clasificación asegurada y ante un rival entregado.