El Benfica se dio un festín ante el Maccabi Haifa, ganó 1-6 y obró un milagro impensable antes del inicio de la jornada: empatado a puntos y a diferencia de goles con el París Saint-Germain, la mayor cantidad de tantos a domicilio premió a un equipo invicto esta temporada con un liderato merecido.
El grupo H tenía los nombres de los clasificados para octavos encima de la mesa antes del inicio de la última jornada de la fase de grupos. Sólo quedaba por dilucidar el del líder y el del equipo que iría a la Liga Europa. Maccabi Haifa y Juventus, peleaban por el premio menor. Benfica y París Saint-Germain, por el más importante. Todo, se jugaba en dos estadios diferentes.
En el Sammy Ofer Stadium de Haifa, el Benfica tenía que ganar y esperar el pinchazo del París Saint-Germain en Turín. Los hombres de Roger Schmidt debían ganar sí o sí y el técnico alemán no quiso especular con su alineación. Por eso, respecto a su último duelo en Liga de Campeones (ante el Juventus), sólo apareció por la alineación como novedad el brasileño Neres, que sacó del campo a Enzo Fernández.
Con toda su artillería sobre el verde, el Benfica salió amodorrado al partido y se llevó un susto importante poco después del pitido inicial. El Maccabi Haifa pudo adelantarse por medio de David, que no aprovechó un fallo de Antonio Silva para batir a Vlachodimos con un zurdazo que se marchó fuera de la portería del Benfica cuando estaba solo delante del portero del cuadro luso.