Despejó las dudas de dos malos resultados seguidos el Real Madrid con la contundencia que impulsó su triunfo más holgado de la temporada (5-1), castigando con dureza el atrevimiento del Celtic en una goleada que nació desde dos penaltis por manos, con la que se reencontró con su identidad para cumplir el objetivo de acceder a octavos como primero de grupo el único superviviente español en la competición.