Gareth Bale, que se estrenó en un Mundial con gol en el partido que Gales empató (1-1) el lunes ante Estados Unidos, buscará dar un paso más grande este jueves ante Irán, la selección que entrena otro exmadridista, el portugués Carlos Queiroz, que arrancó su recorrido en el Mundial de fútbol de Qatar 2022 con una severa derrota (6-2) ante Inglaterra. La segunda más amplia del torneo hasta el momento, después del 7-0 que la España de Luis Enrique infligió a Costa Rica.
Bale, de 33 años -cinco veces ganador de la Liga de Campeones con el Real Madrid y que acaba de ganar la liga norteamericana (MLS) en el Los Ángeles FC-, demostró una vez más que está donde debe en los momentos decisivos. Con un gol de penalti, igualó, en la segunda mitad, el tanto de Tim Weah, el hijo del mítico George Weah, presidente de Liberia y ganador del Balón de Oro de 1985. Y elevó a diez -entre clasificatorios y del Mundial- los partidos seguidos que Gales lleva invicta (seis triunfos y cuatro empates).
El 'expreso de Cardiff', héroe nacional en su país, que el pasado lunes igualó el récord de internacionalidades con Gales de Chris Gunter (109), podrá superarlo este viernes, si de nuevo Rob Page decide no darle minutos al zaguero del Wimbledon -entre los 26 'dragones' que están en Catar-; o ascender otro peldaño junto a él compartiendo la citada plusmarca.
Bale declaró tras el encuentro que estaba 'contento' por haber marcado -en el primer partido del segundo Mundial de Gales en toda su historia, 64 años después del de Suecia-, pero que 'prefería los tres puntos'. Este viernes podrá ir a por ellos ante el equipo de Carlos Queiroz, que llegó al Mundial envuelto en todo tipo de polémicas ajenas a su voluntad y relativas a las revueltas internas en Irán; con el apoyo expreso que han dado a las mismas algunos de sus jugadores, entre ellos Sarder Azmoun, del Bayer Leverkusen alemán.