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La 'Juve' volvió a bailar al ritmo que marcó la zurda de un Di María que sirvió en bandeja de plata a Rabiot el tanto de la victoria ante el Fiorentina (1-0) y que se erige como la gran esperanza juventina para el partido de Liga Europa del próximo jueves.

Está Di María empeñado en que la 'Vecchia Signora' dispute competiciones europeas la próxima campaña. Y es que desde que se conociera la sanción de 15 puntos, el flamante campeón del mundo ha dado un paso al frente y está haciendo las veces de líder de un equipo que ya está tan solo a diez puntos de las codiciadas plazas.

Escoltado por dos ídolos en Turín como Vlahovic y Chiesa, Di Maria goza de libertad para aparecer por donde considere. Allegri le ha dado el permiso para hacer y deshacer a su antojo, y la 'Juve' mejora cuando el 'fideo' está cómodo.

No fue un partido fácil ante una 'Fiore' combativa que pudo empatar el partido y que no facilitó las cosas en ataque, pero una pincelada de magia del argentino bastó para decantar la balanza. Un centro sutil desde la frontal del área, con rosca, medido, dejó a Rabiot solo para rematar a placer. Pareció que Terracciano había sacado el remate, pero el reloj del árbitro confirmó el tanto.

Con la defensa de tres, la 'Juve' volcó el ataque claramente hacia la banda izquierda de Kostic que bien con centros laterales o atacando el espacio se ha convertido en uno de las armas más letales de Allegri, a la que si encima le sumas por ese costado a Chiesa, se vuelve una zona para generar ocasiones constante.

Esperó en el área Vlahovic dispuesto a firmar la sentencia. Lo consiguió en la segunda mitad con un gol con el que demostró que no es solo un depredador de área, con una fina vaselina sobre el meta 'viola' que desató la locura en el Juventus Stadium, una locura que contrastó con la celebración del ariete serbio, que levantó las manos en señal de respeto al que fuera su equipo.

Sin embargo, el fuera de juego semiautomático que ya funciona en Serie A anuló el tanto por una milimétrica posición antirreglamentaria del de Belgrado, que dejó paso a Kean en la delantera. También se marchó sustituido Di María, con una ovación de un estadio que ya le venera, que no se cansa de la zurda del 'fideo', cada vez más decisiva.

Gozó Kean de dos ocasiones claras nada más entrar que bien pudieron cerrar el partido y hubieran evitado el sufrimiento de la 'Juve' en los minutos finales, que de hecho vió como Castrovilli empató el partido y silenció el estadio.

Un silenció que se pudo palpar cuando el árbitro se llevó la mano al oído, cuando fue a revisar al monitor y que rompió Allegri con un grito de alegría desmedida en su enésima muestra de tensión y de compromiso con la situación del club turinés que le costó la tarjeta amarilla.

La 'Juve' volvió a salvar los muebles en un partido complicado pero en el que volvió a evidenciar que sigue lejos de su mejor versión, dependiendo más que nunca de un Di María que se ha convertido su director de orquesta sobre el verde. El conjunto blanquinegro se coloca noveno con 29 puntos, a diez de los puestos europeos, el objetivo de esta fatídica temporada.