Compartir:

Los Angeles Lakers, que arrancaron de modo pésimo la temporada (2-10), están ahora a solo dos triunfos de meterse en la final del Oeste después de que este sábado vencieran con gran autoridad a los Golden State Warriors (127-97) para colocar el 2-1 en esta semifinal de conferencia.

La inesperada y asombrosa aventura de los angelinos en estos playoff vivió un nuevo capítulo para la ilusión de la mano de una defensa muy seria y de un trío estelar: LeBron James (no anotó en el primer cuarto pero acabó el encuentro con 21 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias), Anthony Davis (25 puntos y 13 rebotes) y D'Angelo Russell (21 tantos).

En cambio, los Warriors sufrieron un día de desdichas en su visita a la meca de Hollywood.

Los vigentes campeones de la NBA, que venían de ganar el segundo partido por un rotundo 127-100, acumularon esta tarde 19 pérdidas de balón, se estrellaron en el triple (13 de 44 frente al soberbio 15 de 31 de sus rivales) y apenas fueron a la línea de personal (12 de 17 ante el 28 de 37 de los Lakers).

Stephen Curry encabezó a Golden State con 23 puntos (9 de 21 en tiros) mientras que Klay Thompson sumó 15 tantos (5 de 14) y Andrew Wiggins aportó 16 puntos y 9 rebotes.

El cuarto partido de esta eliminatoria se jugará este lunes también en Los Ángeles.

RUSSELL PIDE PASO

Ni LeBron ni Davis acapararon los focos en el arranque angelino: fue Russell el que empezó el encuentro como un cohete con 11 puntos seguidos incluidos tres triples.

A diferencia de Davis, que sí despertó según pasaban los minutos, LeBron firmó un extraño y muy ausente primer cuarto en el que acabó con 0 puntos y sin intentar ni un solo tiro a canasta.

Esta fue la primera vez en sus dos décadas de dorada trayectoria en la NBA que LeBron no miró al aro en un primer periodo de un partido de playoff.

La parálisis de LeBron fue reflejo de un ataque de los Lakers demasiado previsible y estático al margen de Russell y Davis, que metieron entre ambos 21 de los 23 puntos de su equipo.

Mucho más equilibrados y corales, los Warriors solo tuvieron que apretar un poco el acelerador para cerrar los primeros doce minutos por delante (23-30) gracias a 11 puntos y tres triples de Thompson.

Esta tendencia continuó en el segundo periodo con unos Lakers torpes en la ofensiva e inseguros atrás.

Sin hacer mucho ruido, los Warriors dibujaron un notable 29-40 a falta de 7.49 para el descanso, pero entonces el viento del partido cambió radicalmente.

Los angelinos apretaron en defensa, LeBron por fin metió sus primeros puntos en el ecuador del cuarto y el faro de los de púrpura y oro coronó además con un triple un fenomenal parcial de 13-0 que le dio la vuelta al encuentro.

La cosa no se quedó ahí.

Frente a unos Lakers ahora sí lanzados y convencidos, los Warriors se atascaron en una sorprendente sequía y se tropezaron una y otra vez con errores impropios, pérdidas de balón y fallos en el tiro (7 de 23 en ese cuarto).

Con los dos equipos en direcciones totalmente opuestas, los Lakers cerraron los últimos ocho minutos con un impresionante parcial de 30-8 y se fueron al vestuario con una sonrisa (59-48) y con Russell como máximo anotador con 21 puntos y cinco triples.

SIN REACCIÓN VISITANTE

Las malas noticias no pararon en la reanudación para Golden State, que vio cómo Draymond Green sumaba su cuarta falta mientras los Lakers daban un pequeño estirón al marcador (65-50 con 9.26 en el reloj).

Dos minutos después, Davis le sacó a Green su quinta falta y el controvertido y polifacético jugador de los Warriors tuvo que irse al banquillo.

En el peor momento de Golden State, Wiggins protagonizó una de las jugadas más espectaculares de estos playoff: un extraordinario mate en la cara de un Davis que no pudo hacer nada ante el imponente salto del alero.

No se quedó atrás LeBron, que encadenó una preciosa canasta girando sobre sí mismo con un gran tapón sobre Jordan Poole.

Curry pareció dar vida a los Warriors con 10 puntos en el tercer cuarto pero fue un espejismo ya que la defensa visitante continuaba siendo un colador con miles de agujeros.

Así, los Lakers mantuvieron su velocidad de crucero, se agarraron a un LeBron ahora sí totalmente enchufado (11 puntos en ese periodo) y llegaron a ganar de 20 puntos antes del último cuarto (86-68).

No hubo ni siquiera apelación a la épica en Golden State: Dennis Schröder y Austin Reaves encadenaron dos triples para los locales y Steve Kerr retiró a sus figuras y sacó la bandera blanca con su equipo con -26 y todavía 9 minutos por jugarse.