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Desde que salió del Arkea Samsic en septiembre del año pasado tras ser descalificado del Tour de Francia por el uso de tramadol, el ciclismo colombiano Nairo Quintana vive momentos de incertidumbre y su futuro, casi ocho meses después, sigue siendo una incógnita.

La más reciente aparición del ganador del Giro de Italia de 2014 y la Vuelta a España de 2016, ambas con Movistar, fue a principios de mayo cuando hizo un Instagram Live en el que anunció un nuevo patrocinador para su Gran Fondo, que este año se disputará en el departamento colombiano de Santander, pero no reveló detalles de su futuro.

Sin embargo, el corredor de 33 años no ha dejado de entrenar y durante estos meses se ha preparado en Andorra y en Colombia con la esperanza de sumarse lo más pronto posible a un equipo, preferiblemente del World Tour, para retomar su laureada carrera.

'Él ha estado activo. Corrió los nacionales de ciclismo y sigue entrenándose. Tampoco ha estado enfermo. De todos modos estar alejado de las carreras no permite saber en qué estado de forma está, al parecer su preparación ha estado bien', dijo a EFE el exciclista Oliverio Cárdenas, ganador de la Vuelta a Costa Rica de 1984.

EL LÍO DEL TRAMADOL

El punto de quiebre de la carrera de Quintana fue el uso de tramadol por lo que fue descalificado del Tour de Francia del año pasado en el que ocupó la sexta plaza.

El escalador colombiano apeló la decisión impuesta por la Unión Ciclista Internacional (UCI) por infringir su reglamento médico ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que desestimó el recurso.

El medicamento es un analgésico prohibido por la UCI desde el 1 de marzo de 2019 para proteger la salud y la seguridad de los ciclistas ante sus efectos secundarios, pero no figura en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y por tanto el caso de Quintana es por infringir el reglamento médico pero no es considerado dopaje.

A partir de esa descalificación la suerte del ciclista colombiano con más títulos comenzó a darle la espalda porque no pudo concretar su continuidad con el equipo Arkea Samsic en donde corrió luego de salir Movistar, escuadra con la que consiguió sus mayores triunfos.

Luego de su salida de esa formación francesa, el corredor aseguró que tenía varias propuestas de equipos para seguir en la élite del ciclismo.

Sin embargo, pasaron los meses y la contratación no se concretó ni con el AG2R Citröen, ni con Astana, Bahrain Victorious, FDJ, Intermarché Wanty, Jumbo-Visma, Quick Step o el Trek Segafredo, que estuvieron en el sonajero.

Incluso, a principios del año Quintana dijo que no se iba a retirar pero advirtió que hay un 'ambiente enrarecido' y una 'muralla' para seguirlo haciéndolo.

'Hoy quiero decirles que estoy en buena forma para seguir, que debido a los acontecimientos de los últimos meses, en los que es innegable el ambiente enrarecido en el que me he desenvuelto y la inexplicable muralla que se ha levantado entre las posibilidades de competir y mis deseos de seguir haciéndolo, no me rindo y sigo hacia adelante', dijo el escalador colombiano en una rueda de prensa en enero.

HAY FUTURO A PESAR DE LA INCERTIDUMBRE

Para Cárdenas, lo que vive Quintana es complicado porque considera 'que la situación por la que pasa' ha estado muy marcada por las posiciones del UCI y del TAS, pues al final de cuentas el ciclista no fue suspendido.

En su opinión, el colombiano 'todavía tiene fuerza para lograr figuraciones en carreras importantes'.

'Falta ver qué equipo puede contratarlo. Las contrataciones a estas alturas de la temporada son muy difíciles pero él todavía tiene tiempo para estar con los corredores más importantes del mundo', expresa.

Sin embargo, se dice que Nairo busca un equipo que lo contrate no por un año sino por dos temporadas, situación que hace más complicado su regreso a un equipo de primer orden en donde nadie olvida su logros como los títulos de la Vuelta a España y el Giro de Italia, así como sus buenas actuaciones en el Tour de Francia donde fue segundo en 2013 y 2015, y tercero en 2016.