Un doblete de Curtis Jones marcó la diferencia en el duelo en el King Power Stadium que proporcionó al Liverpool su séptima victoria seguida para alargar sus ilusiones y alcanzar uno de los cuatro primeros puestos de la Premier mientras se hunde el Leicester, penúltimo y cada vez más cerca de hacer realidad el descenso.
Acelera en este tramo final de curso el conjunto de Jurgen Klopp en busca de un premio mayor. Instalado en la parte alta, en zona europea, confía en llegar a tiempo a un puesto champions. Aunque tiene un partido más, está a un solo punto que el Newcastle, tercero, y el Manchester United, cuarto. Los reds son quintos y están al acecho de cualquier error de sus predecesores.
Todo lo contrario que el Leicester que ya lleva cuatro encuentros sin vencer y que sus últimos dos los ha perdido. Tiene la salvación que marca el Everton a dos puntos. Pero no pudo lograr una victoria que le hubiera sacado de la zona de descenso a pesar de que la primera ocasión, en medio de un buen comienzo, fue para su equipo.
Estuvo en las botas de Jamie Vardy, antes del cuarto de hora, en el mejor momento del partido para los foxes. El meta Ederson evitó el tanto local.
Poco a poco el Liverpool tomó el mando del encuetnro. Encontró espacios el equipo de Klopp y el gol era cuestión de tiempo. Llegó el primero a la media hora, con un centro de Mohamed Salah, que recibió la pelota de Jordan Henderson, hacia la izquierda donde irrumpió Curtis Jones que, de primeras, batió a Daniel Iversen.
El Liverpool marcó diferencias en cuatro minutos. Lo que tardó en hacer el segundo, cuando Curtis Jones, de nuevo, culminó a la perfección un pase interior, al centro del área, de Salah, su mejor socio.
El tanto descompuso al Leicester que pudo acortar distancias al inicio de la segunda parte, con un disparo de Harvey Barnes en el que se lució el portero brasileño del conjunto de Klopp.
El desorden y la tensión se apoderó del cuadro de Dean Smith y las ocasiones del Liverpool se multiplicaron. Llegó el tercero en un golpe franco, en el minuto 70, ejecutado por Trent Alexander Arnold, imposible para Iversen.
Pudieron ser más, como en un mano a mano de Salah que echó la pelota fuera. Pero no tuvo acierto y el Leicester se marchó con un duro revés y una ocasión menos para evitar el descenso.