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En el minuto 9, Casemiro se giró, conectó de forma acrobática un remate, batió a Neto y marcó el gol de la victoria contra el Bournemouth para sostener la plaza en la Liga de Campeones del Manchester United, retenida después por tres paradas de David de Gea y aún por definir de forma completa, tras el empate a última hora del Liverpool contra el Aston Villa que la deja aún pendiente de un punto.

Casi es del United. Tiene dos partidos para lograr un empate, gracias a su encuentro práctico de este sábado. No fue desbordante. Ni brillante. Sí efectivo. No necesita más en estas alturas de la temporada, por todo lo que demostró antes y por la cercanía del resultado final. La Champions no es un premio insignificante en estos tiempos para los Diablos Rojos, que este curso ni siquiera han participado en ella, relegados a la Liga Europa, fuera en los cuartos de final, a la nada en Europa, en contra de su historia. Ahora, avista su regreso a la élite.

El proyecto de Erik Ten Hag, que tantas dudas generó al principio, tiene cerca su objetivo indispensable de la temporada. Un alivio. No es para menos, con el equipo que había conformado y con la capacidad que desprende su equipo, sus futbolistas y su economía. Su curso ha acumulado méritos para conseguirlo. Ha ganado 21 de sus partidos, pese a sus titubeos iniciales y finales, pese a que aún necesita un punto más, pese a que la altura de su pasado exige mucho más en campañas próximas.

Y tiene al alcance el tercer puesto del Newcastle, al que alcanzó este sábado con 69 puntos.

El encuentro lo resolvió al principio de todo. En el minuto 9, Casemiro marcó el gol que desató, encarriló y solucionó el triunfo. Su ágil maniobra, entre el portero Neto y el despeje fallido de Marcos Senesi, después de un pase aéreo a la espalda de la defensa de Eriksen, lo coronó como el hombre del partido, con el permiso de las tres paradas, también indispensables, de David de Gea.

El portero español respondió cuando el Bournemouth, ya salvado matemáticamente desde la anterior jornada, lo exigió. Todas ya con 0-1 a su favor. Sin él, tampoco nada habría sido posible esta campaña. Ni la Champions ni la victoria de este sábado. Primero se estiró para repeler el tiro de Solanke, antes de la media hora; después, voló para solventar el intento de Brooks, aún en el primer tiempo, y, sobre todo, se agigantó ante Moore, ya en el minuto 84, para aguantar el 0-1.

Una parada salvadora, cuando el United ya sentía suya la victoria. Cierto es que, por entonces, el partido también era suyo más allá del marcador. Le faltó gol en esos momentos en los que jugó para sentenciar el choque. Neto se interpuso. Sobre todo, en una volea de Bruno Fernandes ya en el tramo final, en el que United terminó agarrado a De Gea y en vilo por un zurdazo de Senesi. Su último sobresalto camino de la Champions.