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'Con Messi bastaba con mirarnos'. De esta manera tan gráfica describía hace unos meses Jordi Alba (L'Hospitalet de Llobregat, 1989) su conexión en el césped con el astro argentino.

Dos temporadas han pasado desde que el delantero rosarino, forzado por las dificultades económicas del Barcelona en inscribirle, hiciera las maletas en dirección a París.

Dos cursos en los que su socio habitual en la banda izquierda ha perdido protagonismo en el equipo azulgrana, especialmente en los últimos meses, cuando el joven Alejandro Balde le ha arrebatado la titularidad que tenía asegurada desde que en verano de 2012 aterrizó en el Camp Nou procedente del Valencia.

Pese a ello, Alba ha asumido con dignidad y madurez su nuevo rol, convirtiéndose incluso en un mentor de su relevo en la banda izquierda, quien en los últimos meses ha agradecido los consejos del capitán.

Y ha sido precisamente la irrupción de Balde, sumado a la necesidad del Barcelona de desprenderse de una de las fichas más altas de la primera plantilla, lo que ha precipitado el adiós del lateral izquierdo catalán, que ha llegado a un acuerdo para rescindir el contrato que le ligaba con la entidad azulgrana hasta junio de 2024.

Alba pone punto final a once temporadas en el primer equipo, si bien su vinculación con el Barça viene de lejos. Ingresó siendo un niño en La Masia. De hecho, en el año 2000 fue uno de los jóvenes escogidos para poner la primera piedra en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.

Pero después de siete años en las categorías inferiores del Barça, fichó por el Cornellà (2006), que lo conduciría años después al juvenil A del Valencia y al filial del equipo de la capital del Turia.

Tras jugar cedido en el Nástic de Tarragona, Alba se asentó en el primer equipo valencianista a partir de la temporada 2010-11, lo que llamó la atención del club en el que se formó, que desembolsó 14 millones de euros para recuperarlo en verano de 2012.

Desde su llegada al primer equipo azulgrana, Alba casi siempre ha sido un futbolista imprescindible para los siete entrenadores que ha tenido en las once temporadas que ha militado como profesional en el Barça. Solo en el último año de Luis Enrique Martínez en el banquillo (2016-17) perdió protagonismo en las alineaciones.

El técnico asturiano cambió el esquema para jugar con un 3-4-3 y eso envió al futbolista catalán en el banquillo. Pero con la llegada de Ernesto Valverde volvió a recuperar el protagonismo que solo ha perdido en la última temporada bajo la batuta de Xavi Hernández.

Este último curso, de hecho, ha rebasado la cifra de los 450 partidos oficiales y se ha convertido en el noveno futbolista que más veces ha vestido la elástica azulgrana.

Alba se va del Barcelona tras 11 temporadas, en las que ha conquistado 18 títulos: 6 Ligas, 5 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 1 Liga de Campeones, 1 Mundial de Clubes y 1 Supercopa de Europa.

Pero además de los títulos y su papel protagónico en una de las etapas doradas del Barça y la selección española, el lateral será recordado por la sociedad futbolística que creó con Leo Messi.

Durante casi una década, la jugada del '10' buscando el desmarque de su socio en la banda izquierda y éste esperando la llegada del argentino para devolverle el balón al área fue una de las armas más utilizadas del Barcelona.

Pase al espacio, centro hacia tras del lateral y remate de Messi. Todos los rivales conocían la jugada pero pocos equipos la supieron defender. Alba le regaló al argentino 23 asistencias en partidos oficiales y dejará el club catalán habiendo repartido casi 100 pases de gol.

Palabras mayores para un lateral que era uno de los últimos supervivientes del Barça que brilló en Europa en la segunda década del siglo XXI.