La selección de Uruguay se sobrepuso este jueves a un mal partido para derrotar a Gambia por 1-0 y avanzar a los cuartos de final del Mundial sub-20 de Argentina, donde le espera la hasta ahora imbatible Estados Unidos.
‘La Celeste’ estuvo muy lejos de su mejor nivel, pero un trallazo de Anderson Duarte desde la frontal del área en el minuto 65 desequilibró un partido bronco en el que ambos equipos acabaron con un jugador menos, tras las expulsiones de Mbye y Luciano Rodríguez.
En el Estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, Franco González volvió a ser el mejor de los charrúas, que continúan sin recuperar el brillo que les llevó a ser subcampeones sudamericanos este año.
Mucho tendrán que mejorar si el domingo quieren tener opciones ante EE.UU., que ha ganado todo lo que ha jugado en este Mundial y además sin recibir un solo gol.
Gambia dice adiós después de haber deslumbrado en la fase de grupos. Su estrella, el delantero Adama Bojang, no apareció.
No fue una buena primera parte de Uruguay. De hecho, fue horrorosa. Espeso como contra Túnez, el equipo de Marcelo Broli tuvo el agravante de jugar en superioridad casi toda la primera mitad y no aprovecharlo.
Después de diez primeros minutos de tanteo, los Charrúas se fueron haciendo con el timón del juego y en una entrada a destiempo de Mbye sobre Juan de los Santos se quedaron con un hombre más.
El árbitro francés no percibió la intensidad de la falta, pero el VAR, sí. Los jugadores de Gambia se abrían de brazos sin entender nada. Mbye se marchó desolado al túnel de vestuarios. A la Celeste se le ponía la eliminatoria de cara, pero nada más lejos de la realidad.
El ritmo fue muy extremadamente lento. Faltó rock and roll, hambre. Gambia, siempre bien colocada, achicó espacios y ahogó la creatividad de los sudamericanos.
El único que parecía tener prisa era Franco González. El 10 pedía con insistencia la pelota entre líneas. Desesperado, probó suerte hasta desde el medio del campo al percatarse que el portero rival estaba adelantado.
Anderson, novedad en el once para sustituir al lesionado Matías Abaldo, apareció una primera vez para fallar un mano a mano y Luciano Rodríguez le puso muchas ganas y poco orden.
El resultado fue que, en una nueva intervención del VAR, terminó expulsado tras quitarse de encima con el codo a Sainey Sanyang, quien previamente le había hecho un digno bloqueo de rugby.
Todo se igualó en la segunda mitad, con Uruguay perdonando más de lo normal. Anderson desaprovechó otra vez una excelente jugada individual de Ponte y De los Santos erró a puerta vacía tras una aparición estelar de Franco González.
El partido, por otro lado, siguió igual de brusco. Pero entonces apareció Duarte con un latigazo desde la frontal que se coló en la portería de Dampha. Más que un gol, fue un alivio.
Gambia sintió el golpe. Ya no era ese equipo suelto de la fase de grupos. Uruguay, fiel al guion de esta tarde, siguió acumulando ocasiones fallados. La más clara, una de Nicolás Siri, solo ante el portero, cuando tenía a un compañero a pocos metros.
Para su suerte, no lo tuvo que lamentar. Gambia apretó el acelerador en los últimos minutos, pero Uruguay se hizo fuerte atrás y estará entre los ocho mejores del mundo.