El francés Mike Maignan, que este sábado abandonó el campo del Udinese durante varios minutos tras recibir insultos racistas por una parte de la afición local, explotó con un comunicado en el que apuntó a la afición rival, pero también a las autoridades del fútbol, a las que tachó de 'cómplices' en caso de no actuar.
'No fue el jugador el que fue atacado. Fue el hombre. Fue el padre de familia. Esta no es la primera vez que me pasa. Emitimos comunicados de prensa, campañas publicitarias, protocolos y nada ha cambiado. Hoy, todo un sistema debe asumir la responsabilidad', expresó en un comunicado en redes sociales.
'Los espectadores que estaban en la tribuna, que vieron todo, que oyeron todo pero que optaron por permanecer en silencio, sois cómplices', señaló.
Y cargó contra el Udinese y contra las autoridades del fútbol.
'El club Udinese, que sólo habló de una interrupción del partido, como si nada hubiera pasado, es cómplice. Las autoridades y la Fiscalía, con todo lo que está pasando, si no hacen nada, TAMBIÉN SERÁN CÓMPLICES', azotó.
El galo no quiere ser catalogado como víctima y agradeció los mensajes de apoyo recibidos en estas horas.
'Ya os he dicho y vale la pena repetirlo: no soy una VÍCTIMA. Y quiero dar las gracias al Milan, a mis compañeros, al árbitro, a los jugadores del Udinese y a todos los que me enviaron mensajes, los que me llamaron, los que me apoyaron en privado y en público. No puedo responder a todos pero los veo y estamos JUNTOS. Es una lucha difícil, que requerirá tiempo y coraje. Pero es una pelea que ganaremos', sentenció.
Maignan abandonó durante 5 minutos el campo a la media hora de encuentro ante el Udinese por los insultos racistas provenientes desde la grada del estadio local.
El meta avisó al colegiado durante la primera media hora en varias ocasiones de estar recibiendo dichos insultos hasta que se hartó de la situación. Cuando se marchó al vestuario, el resto de sus compañeros le siguieron dentro.
Cuatro minutos después, en el 38 de la primera mitad, con 0-1 en el marcador en favor de los 'rossoneri' y algunos de los jugadores de Udinese pidiendo explicaciones a su propia afición, Maignan y el resto de jugadores del Milan volvieron al campo y el colegiado reanudó el encuentro.
El árbitro avisó de que, en caso de nuevos insultos racistas, el partido sería suspendido definitivamente.