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La relación cada vez más estrecha entre el mundo de las apuestas y el deporte ha encendido las alarmas en los últimos días en Estados Unidos, donde escándalos como el que ha salpicado como presunta víctima a Shohei Ohtani en la MLB o la investigación en torno a Jontay Porter en la NBA han ilustrado lo preocupantemente difusa que parece la frontera entre las apuestas y la competición.