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Como en los viejos tiempos, cuando el Bayern Múnich era el ogro a superar en el camino al éxito. Como en tiempos recientes, cuando el Real Madrid se convirtió en la bestia negra del conjunto alemán. Una rivalidad eterna que da forma al clásico europeo que recupera grandeza. El pulso por un billete a la final de Wembley con máxima igualdad tras el empate a dos de la ida antes de que entre en escena el poder del Santiago Bernabéu.