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No necesitó ganar Inglaterra, a la que ni siquiera le incomodó en exceso su empate sin goles contra Eslovenia, porque certificó su primera plaza del grupo C sin apenas sobresaltos, con todo el partido bajo su control, casi por inercia, pero a una distancia todavía inapropiada del nivel que despierta el nombre de sus futbolistas y su presunta condición de favorito, cada vez más en duda cada encuentro que pasa.