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Doce años después España regresa al escenario de privilegio del fútbol europeo. Instalada de nuevo en el elogio por su juego. Derribando barreras como la generación dorada, convertida en inspiración hasta llegar con pleno de triunfos a la soñada final del majestuoso Olímpico de Berlín. El último paso al crecimiento iniciado con la conquista de una Liga de Naciones que ahora cobra sentido. Con la Inglaterra de Jude Bellingham, siempre en el alambre pero finalista, como último escollo en una cita con la historia para ambas selecciones.