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Con un par de golazos de Caroline Weir y de Caroline Moller, y con una actuación desequilibrante de la colombiana Linda Caicedo, el Real Madrid recuperó el pulso en la Liga de Campeones femenina tras golear 4-0 al Celtic, muy inferior al equipo dirigido por Alberto Toril, que volvió a ganar un partido de la fase de grupos después de siete intentos fallidos en las últimas dos temporadas.

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La derrota ante el Chelsea (3-2) en el jornada inaugural de la competición obligaba al Real Madrid a sumar una victoria para no meterse en un problema. Además, necesitaba romper una racha de duelos sin victorias en la primera fase, en la que consiguió tres puntos por última vez en diciembre de 2022, cuando superó al Vllaznia de Albania.

Desde entonces, el Real Madrid encadenaba demasiadas decepciones. Tenía que acabar con esa serie de malos resultados para romper un muro que empezaba a ser una losa y Toril apostó por agitar su once. Introdujo hasta cinco cambios respecto al derbi ante el Atlético de Madrid del pasado fin de semana. Oihane, Marían Méndez, Leupolz y Alba Redondo entraron por Sheila García, Rocío, Tere Abelleira, Feller y Bruun.

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A quien no sacó del terreno de juego fue a Weir, que volvió a demostrar que es una de las jugadoras diferenciales del Real Madrid. La centrocampista escocesa sacó a relucir de nuevo su tremenda calidad y fue decisiva para acabar con el conservadurismo del Celtic, muy encerrado atrás como apuesta táctica: aguantar la igualdad en el marcador y aprovechar alguna ocasión aislada para dar un susto al equipo de Toril.

Esa idea se vino abajo muy pronto, a los nueve minutos, cuando Weir se sacó de la chistera un latigazo tremendo desde fuera del área que entró por la escuadra de la portería defendida por Daugherty. Aprovechó una gran arrancada de Caicedo desde el centro del campo en la que se deshizo de dos rivales antes de entregar la pelota a su compañera.

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Caicedo, y en menor medida Athenea del Castillo, fue otra de las agitadoras del duelo. Desde los costados, sobre todo en la primera parte, ambas fueron un dolor de cabeza para el Celtic, que se mantuvo con vida al descanso por la falta de puntería de la colombiana (estrelló dos disparos contra el cuerpo de Daugherty) y por la mala suerte de Oihane, que se encontró con un palo de la portería escocesa tras un disparo desde fuera del área.

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El dominio blanco en la primera parte fue total. El Real Madrid demostró estar varios peldaños por encima de un rival inexperto en la Liga de Campeones (juega por primera vez en su historia la fase de grupos) y con la entrenadora más joven de la competición (Elena Sadiku, 30 años), que sorprendió sentando en el banquillo a una de sus mejores jugadores, Saoirse Noonan (12 goles en 12 partidos oficiales esta temporada).

Después saldría al terreno de juego, en los últimos veinte minutos, y, junto la aparición de Croos mejoró al Celtic, que durante pocos minutos consiguió intimidar al Real Madrid. Lo hizo sin éxito y lo pagó caro, porque el Real Madrid, después de otro tiro al palo de Caicedo, regresó a su mejor versión con la entrada al césped de Bruun, Eva Navarro, Tere Abelleira y Moller.

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La reacción fallida del Celtic fue un espejismo que apenas duró diez minutos. En cuanto Bruun sentenció el duelo con un cabezazo a centro de Eva Navarro, el conjunto escocés se vino abajo por completo hasta acabar goleada con otros dos tantos marcados por la exquisitez de sus protagonistas: Moller, con una vaselina preciosa, y Caicedo, desde el punto de penalti después de un regate estratosférico que provocó la pena máxima, sellaron una victoria justa.

El debut de la brasileña Antonia, lesionado en los Juegos Olímpicos con su selección, cerró una noche perfecta en la que el Real Madrid sonrío tras sumar a su casillero tres puntos contundentes, marcados por la consistencia grupal del conjunto blanco y por los golazos de Weir y Moller, que saldrán en la foto junto a Caicedo, la más desequilibrante del equipo de Toril, por fin victorioso en una fase de grupos después de siete intentos fallidos.