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Klay Thompson regresó este martes por primera vez a San Francisco tras abandonar los Warriors, pero su excompañero Stephen Curry, con una actuación explosiva, le amargó el retorno impulsando el triunfo de Golden State por 120-117 ante los Dallas Mavericks.

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En un duelo apasionante y de alto voltaje de la primera jornada de la Emirates NBA CUP, Curry no tuvo nada de compasión de Thompson y acabó el partido con 37 puntos (14 de 27 en tiros, 5 de 12 en triples), 6 rebotes y 9 asistencias.

Especialmente brillante e inolvidable fue su final de partido puesto que Curry anotó todos y cada uno de los últimos 12 puntos de los Warriors, que iban perdiendo de 6 a falta de 3.29 y que cerraron el encuentro con un parcial de 3-12.

Thompson también llegó repleto de munición a su antiguo hogar y acabó con 22 puntos con un 6 de 12 en triples.

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El escolta, que recibió un homenaje antes del partido, es toda una leyenda de los Warriors, cuatro veces campeón de la NBA y un integrante clave junto a Curry, Draymond Green y el técnico Steve Kerr de uno de los mejores equipos de la historia del baloncesto.

Con el aroma de ser un partido especial, Green también estuvo muy motivado -sobre todo con una portentosa defensa- y terminó con 11 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias para unos Warriors que con 9-2 comparten el liderato del Oeste con los Oklahoma City Thunder y los Phoenix Suns.

En los Mavericks (5-6), que recuperaron a Dereck Lively pero han sufrido tres derrotas seguidas y todas ellas por tres o menos puntos, Luka Doncic logró 31 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias pero falló el triple para forzar la prórroga.

De compañeros a rivales

Se hacía muy raro ver a Thompson con camiseta rival frente a los Warriors, pero cualquier rastro de nostalgia desapareció tras el salto inicial.

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Con un ambiente excepcional en el Chase Center, la tensión se palpaba en cada cruce de Thompson frente a Curry y Green y no fueron pocas las veces que se encontraron cara a cara.

Los tres empezaron el encuentro con muchísimas ganas: Thompson se fue a por Curry en la primera posesión y sacó tiros libres, Steph afinó la puntería y acabó el primer cuarto con 12 puntos y Green dejó muestras en ataque y defensa de estar muy enchufado.

Ajeno a ajustes de cuentas de excompañeros, Doncic también llegó hasta los 12 puntos y el partido, muy entretenido y emocionante desde el principio, se fue al segundo cuarto con 33-27 para Golden State.

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Los Mavericks recalibraron su defensa en el segundo cuarto pero sobre metieron una marcha más en ataque.

Así, un potente parcial de 7-21, con Doncic haciendo y deshaciendo a su antojo y Thompson encadenando dos triples, situó a los de Jason Kidd con un +11 a falta de tres minutos, aunque los Warriors, superados claramente en ese tramo, limaron esa desventaja hasta el 59-63 del intermedio.

Doncic, con 22 puntos, fue el mejor de la primera parte mientras que Curry aportó 14 puntos.

La consigna pareció clara en la reanudación para los de Kerr: acelerar el ritmo, agitar el encuentro y encomendarse a Curry y su amplia rotación. Le sentó de maravilla ese nuevo impulso a los Warriors, que recuperaron el mando del encuentro con un parcial de 13-0 y con 11 puntos del base.

Golden State llegó a tener un +13 en ese periodo, pero el partido era un duelo muy volátil, con dos de los ataques más eléctricos de la liga y con parciales para uno y otro sin descanso.

Así, el 96-89 con el que empezó el último cuarto se quedó en nada cuando Dallas respondió con un 2-9 y Kyrie Irving despertando mientras Curry descansaba en el banquillo.

Pero el que más ganas de marcha tenía era Thompson, cada vez más suelto desde el perímetro y que mandó a su exequipo al rincón de pensar tras un triple que le dio un +5 a Dallas con solo cinco minutos por jugarse.

Los Mavericks llegaron a tener un +6 pero entonces apareció la versión más letal y definitiva de Curry, que rompió el partido en mil pedazos y dejó a Thompson sin regalo de bienvenida.