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Imparable toda la temporada, protagonista de 25 goles y 16 asistencias, pendiente aún de su futuro, Mohamed Salah resolvió este domingo la ‘Premier League’ para el Liverpool, ganador por 0-2 frente al Manchester City y disparado en el liderato hasta una ventaja concluyente de 11 puntos, que ya parece definitiva.

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El delantero egipcio zanjó el asunto. Le bastaron dos chispazos suyos y de su equipo en el primer tiempo. Tan sencillo en apariencia, tan extremadamente complejo en la realidad, por más que enfrente siga a la deriva el Manchester City, el vigente campeón, que cedió su corona de la pasada campaña hace tiempo, transformado en un rival más que vulnerable.

El primer gol pertenece a la innovación y a la estrategia a balón parado: el saque raso al primer palo de Alexis Mac Allister, el toque de primeras en diagonal el centro del área de Luis Díaz y el remate tan cómodo de Salah. El toque en Nathan Aké completó el gol con el que el Liverpool se adelantó a los 14 minutos en el estadio Etihad para enfilar el vigésimo título liguero de su historia.

La precisión es irrebatible, la ejecución tampoco admite duda. Nada que ver con cómo defendió la jugada el Manchester City, expuesto a un daño que se intuyó rápidamente, con todos sus jugadores a contracorriente del balón y de la pizarra del grupo dirigido por Arne Slot. Tiene mérito el gol como demérito el equipo local, que se enteró tarde de todo.

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El principio de fin del City y de la ‘Premier’. Al aparente control del juego celeste, con un gol anulado por fuera de juego a Omar Marmoush a la media hora, se contrapuso un Liverpool con colmillo, concreto cada vez que se propuso un ataque, sobre todo con la inspiración de un futbolista incontestable como Salah, que también regaló el 0-2 a Dominik Szoboszlai.

En 37 minutos, el partido estaba encarrilado, sino sentenciado. Son tiempos de cambio de ciclo. Ya no es el momento del City, sino del Liverpool, que aprovechó su ocasión con la determinación y el aspecto de un futuro campeón. El día antes había perdido el Arsenal, contra pronóstico por 0-1 con el West Ham. Una invitación al líder, que aceptó el regalo.

En una campaña transformada en transición, el City no está para competir contra los grandes rivales. El Arsenal lo goleó 5-1, el Real Madrid lo superó en su casa (2-3) y fuera (3-1) y el Liverpool transformó el terreno de juego del estadio Etihad en el escenario de la superioridad que ha demostrado durante toda la temporada sobre todos los demás.

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Realmente, el Liverpool había tirado tres veces, dos entre los tres palos, para dos goles. El cuarto, al borde de la hora del encuentro, también terminó en gol. De Trent Alexander a Szoboszlai y del húngaro a Curtis Jones. Una vez celebrado, el VAR negó el gol, por la posición milimétricamente ilegal del media punta cuando se desmarcó en el primer pase.

Sin Erling Haaland, fuera de acción por lesión, no dispuso de una ocasión de verdad el Manchester City hasta el minuto 58, con un remate de Omar Marmoush. Demasiado poco para poner en duda la práctica victoria del equipo ‘red’, al que Ederson impidió el 0-3, en un derechazo de Luis Díaz, y que siente suyo el título de la Premier. El último data de 2020.