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El París Saint-Germain de Luis Enrique parte como claro favorito de los cuartos de final de la Liga de Campeones, cuya ida se juega este miércoles en terreno parisino, ante el Aston Villa de sus ‘ex’ Unai Emery y Marco Asensio que no descarta dar una sorpresa más en la nueva versión ganadora que ha instalado el técnico español en Birmingham.

Aunque sobre el papel todo apunta a que la eliminatoria caerá del lado francés, la maldición que estos arrastran cuando se acercan las máximas instancias europeas y el nuevo enfoque de los ingleses dotan al duelo de una atención particular.

Los de Luis Enrique encadenan un 2025 casi perfecto, solo ensombrecido por la derrota en la ida de los octavos de final contra el Liverpool, injusta a la vista de las ocasiones creadas e inútil porque en la vuelta remontaron la eliminatoria.

El resto son todo victorias salvo un empate, una trayectoria que, además, han conseguido con galones, porque el juego del equipo ha comenzado a cobrar altura y son ya una referencia en el continente.

El entrenador asturiano ha conseguido, además, una gestión ejemplar de su efectivo que le permite contar con todas las unidades a su disposición, aunque para la ida de este miércoles tendrá que sofocar la ausencia por sanción del capitán Marquinhos.

Su puesto será ocupado casi con toda seguridad por su compatriota Lucas Beraldo, de 21 años, que en las últimas semanas ha ido cobrando peso en el equipo de cara a la cita frente a los ‘villanos’ y que ya completa diez partidos como acompañante del ecuatoriano Pacho, de 23 años, en el eje de la zaga parisiense.

El resto del once deja poco lugar a sorpresas. Luis Enrique alineará a su once de gala, con la única duda de saber si en el extremo derecho situará al francés Desiré Doué, que parece tener cierta ventaja pese a sus 19 años, frente al georgiano Khvicha Kvaratskhelia, que fue titular contra el Liverpool.

Uno de los dos formará el tercer espolón de un tridente donde todas las miradas estará puestas en Ousmane Dembélé, convertido en un goleador y que ha entrado en una dimensión estelar sobre la que reposa buena parte del crédito del PSG.

El duelo contra los de Emery, un viejo conocido de la afición francesa, será una buena piedra de toque para despejar una de las dudas que acompañan al PSG: saber si la juventud de la plantilla soportará bien la presión que acompaña a la Liga de Campeones.

Al Aston Villa le ha sentado bien el paso de la temporada. A los problemas iniciales para lidiar con cuatro competiciones al mismo tiempo le ha seguido un último mes y medio espectacular en el que han sumado victorias en siete partidos.

Siguen vivos en la lucha por dos títulos, la FA Cup, donde están en semifinales, y la Liga de Campeones, competición que ganaron por primera y última vez en 1982, y en la Premier League optan a meterse entre los cinco primeros y ganarse otro año en la máxima competición europea -son séptimos, a dos puntos del quinto lugar-.

Además, Unai Emery, que vuelve a París siete años después de su paso por el banquillo de los capitalinos, cuenta con uno de esos lujos casi imposible de ver en el fútbol actual. Tiene a casi todos sus jugadores disponibles. El técnico vasco solo tiene la baja de Ross Barkley y la duda de Leon Bailey, pero en un once de gala de los de Birmingham ninguno sería titular en una noche como esta.

El Villa ha crecido en los últimos meses gracias también a lo bien que lo hizo la dirección deportiva en invierno, fichando a tres jugadores que han aportado como titulares y desde el banquillo como Marcus Rashford, Marco Asensio, que ya marcó dos goles como suplente en la ronda anterior contra el Brujas, y Donyell Malen.

Esto, unido a la negativa de vender a Ollie Watkins completa un grupo que puede partir como no favorito en esta eliminatoria, pero que, desde que llegó Emery y los sacó de la parte baja de la Premier League, ha demostrado que puede ganar a cualquiera.

Boubacar Kamara, Lucas Digne, Marco Asensio y Axel Disasi se perderían el partido de vuelta si recibieran una amarilla en el Parque de los Príncipes.