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Con un doblete estelar en todo un derbi de Milán, el serbio Luka Jovic clasificó al Milan a la final de la Copa Italia al mismo tiempo que arruinó las esperanzas del triplete del Inter (0-3), incapaz de superar a su rival más cercano en sus últimas 5 citas.

Por cuarta vez en lo que va de año natural, Simone Inzaghi no pudo superar a su excompañero de equipo Sergio Conceicao. El Milan se ha convertido en una suerte de criptonita para el Inter desde el 22 de septiembre de 2024, momento desde el que -con Paulo Fonseca como técnico- ha ganado 3 y empatado 2 enfrentamientos.

Y le dio la machada definitiva a su eterno rival, soñador con una gesta a la altura de unos pocos elegidos pero viable con las cartas sobre la mesa, con un Jovic renacido que cuajó seguro una de las mejores noches de su carrera, inesperada para casi todos al empezar la temporada en el ostracismo ‘rossonero’.

Porque el milanismo, más allá de la posibilidad de clasificarse para otra final de Copa Italia, tenía en mente dos deberes mucho más relevantes. El primero y más importante, mantener vivas sus opciones de jugar en Europa la próxima temporada, pues al ir noveno en la Serie A la Copa Italia, que reserva una plaza en Liga Europa al ganador, se convirtió en el único camino viable. Y el segundo, obviamente, el de apartar de la gloria al eterno rival.

Lo consiguió todo en una noche redonda para los ‘rossoneri’, que curiosamente solo han sabido competir bien a este Inter era intocable hace no tanto. El cansancio y las lesiones han mermado notablemente a los interistas, que sumaron su segunda derrota consecutiva.

El gran protagonista fue, evidentemente, un Jovic que contra todo pronóstico se ha ganado muy merecidamente un puesto de titular en el once por delante del mexicano Santiago Giménez y el inglés Tammy Abraham. Suyos fueron los dos primeros goles de una noche para el recuerdo en una temporada negra para el Milan. El primero, un testarazo perfecto en el minuto 36. Y el segundo, de delantero puro, rematador en el barullo del área pequeña para superar por segunda vez al meta español Josep Martínez.

Las rotaciones del Inter, que navega entre partidos continuamente asfixiado por el calendario, no son excusa. Fue inferior durante la mayor parte del duelo. Solo con el 0-2 en contra, el neerlandés Stefan de Vrij y el austríaco Marko Arnautovic obligaron a Maignan, sustento fundamental cuándo más lo necesitó su equipo, valiente a la contra para responder a la furia interista con el colofón de la noche con el tanto del neerlandés Tijjani Reijnders en el 85, tras una jugada con el luso Rafael Leao y el francés Theo Hernández.

Avergonzó el Milan al Inter como visitante en San Siro, en uno de los trofeos fetiches de Simone Inzaghi y en una temporada en la que la tónica general es bien distinta, con el Inter acostumbrado a sonreír en los grandes partidos. Esta vez la caída fue gigante. Jovic arruinó las ilusiones intreistas. Adiós al triplete.