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Ante los nervios clásicos de defender un Grand Slam, de inaugurar la pista central de Wimbledon y de tener enfrente a un rival sin nada que ganar y un mundo que perder, Carlos Alcaraz se desquitó la presión del primer día y venció a Mark Lajal (7-6 (3), 7-5 y 6-2) para avanzar en Wimbledon.